El periódico satírico francés Le Canard Enchaîné ha encendido la polémica luego de publicar una caricatura en la que los futbolistas de la Selección de Qatar son representados con un aspecto que normalmente se relaciona con grupos terroristas.
La imagen ha indignado a muchos usuarios en redes sociales, que denuncian el "flagrante racismo" y el "profundo odio" hacia el islam por parte de una de las publicaciones más antiguas del país.
La caricatura, incluida en la edición de octubre, muestra a siete hombres con barba y la palabra “Qatar” escrita en el pecho. Las figuras parecen estar persiguiendo un balón y portan machetes, pistolas y lanzacohetes, además, uno de los jugadores lleva un cinturón cargado de explosivos.
La mayoría de los hombres visten túnicas azules, pero dos de ellos llevan camisas, pantalones negros y pasamontañas que les cubre el rostro. Esta representación generó varias críticas en la nación catarí.
"Le Canard Enchaîné publicó una caricatura despreciable que muestra su flagrante racismo y odio al islam. Describen a Catar como un emirato autoritario y a su equipo nacional como terroristas", escribió un usuario en Twitter.
"En un número especial de Le Canard Enchaîné sobre Catar, no se puede imaginar el alcance del profundo odio, desprecio y humillación que los franceses quieren imponer a Catar, su pueblo, su Gobierno y sus símbolos. Me pregunto por qué el embajador qatarí sigue en París" expresó otro internauta.
Al respecto, Hamad Al-Kawari, ministro de Estado catarí, instó a Francia a que al menos tenga algo de “espíritu deportivo” y evite difundir mentiras sobre su país. En este sentido, varias ciudades del país galo, incluida París, no mostrarán los partidos del Mundial en espacios públicos, pues están en contra de las violaciones de los derechos de los trabajadores inmigrantes y el impacto medioambiental del torneo.
El mes pasado, el emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, habló sobre los comentarios negativos que ha recibido su nación previo al Mundial, asegurando que han atravesado una "campaña sin precedentes" de críticas.
"Inicialmente tratamos el asunto de buena fe, e incluso consideramos que algunas críticas eran positivas y útiles, pero pronto nos quedó claro que la campaña continúa, se expande e incluye la falsificación y el doble rasero", señaló, agregando que ningún otro país anfitrión ha enfrentado tales niveles de criticismo.
