La organización de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) ha llevado a cabo una investigación sobre las condiciones en las que viven un grupo de monos búho o nocturnos, que son usados como sujetos de prueba por el Centro de Investigación Científica Caucaseco Limitada y la Fundación Centro de Primates (FUCEP), que tienen como objetivo desarrollar una vacuna para la malaria.
La investigación, que duró 18 meses, reveló que los ejemplares viven en condiciones precarias, pues están sobre sus heces en un corral improvisado, que está hecho con jaulas oxidadas y una cerca de alambres, cubierta por láminas de plástico.
Los primates estarían siendo alimentados con concentrado para perros, que es mezclado con agua azucarada, además, sus cuidadores no tendrían registros sobre su estado de salud, dieta o edad.
Por otro lado, tampoco se cuentan con las actas de nacimiento y necropsia, por lo que resulta imposible saber con certeza cuántos monos han fallecido durante las casi dos décadas que lleva la investigación.
Pero lo más grave de todo es que el laboratorio, financiado con 17 millones de dólares del gobierno de los Estados Unidos y cerca de 22,000 millones de pesos del gobierno colombiano, habría estado funcionando los últimos diez años sin los permisos necesarios para tener a los monos en cautiverio y experimentar con ellos. En este sentido, se cree que varios de los ejemplares habrían sido secuestrados de su ambiente natural.
“Peta escuchó por primera vez sobre una instalación en la zona rural de Colombia en la que los monos búho, algunos posiblemente secuestrados de los bosques en la parte norte del país, viven en medio de su propia suciedad, en jaulas oxidadas en un corral improvisado con vallas de jardín y láminas de plástico”, indica el reporte.
De acuerdo con información de una agencia estatal que visitó el laboratorio en 2021, muchos primates habían perdido gran parte de su pelaje, otros tenían posturas anormales y otros estarían muriendo sin recibir atención veterinaria.
A raíz de este hecho, la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) abrió una investigación en contra de los dos posibles grandes responsables: el Centro de Investigación Científica Caucaseco Limitada y la Fundación Centro de Primates (FUCEP).
En este sentido, el Ministerio de Ciencias, Tecnología e Innovación ha solicitado que cuando se reúna toda la información sobre el caso, sea llevada a las autoridades competentes para que se tomen las acciones correspondientes.
De acuerdo con PETA “los exempleados pintan una imagen morbosa de las condiciones de los monos, alegando, entre otras atrocidades, que a menudo están expuestos a los elementos porque la malla de construcción se mueve con el mal tiempo”, lo que condiciona el bienestar general, pues durante los experimentos a los que fueron expuestos, contrajeron malaria y paludismo, lo que los convierte en un peligro para otros monos y humanos.
