
Varios países en el continente europeo han encendido sus alarmas por la propagación del virus que provoca la Fiebre Hemorrágica de Crimea Congo (FHCC), la cual es considerada como una de las amenazas virales más peligrosas para la población.
Hasta el momento, la Fiebre Hemorrágica de Crimea Congo ya está presente en Irak y Namibia; sin embargo, ya se han registrado casos en España y Pakistán, por lo que la Unión Europea encendió sus alarmas ante un riesgo de propagación.
La alerta sanitaria emitida tiene carácter de urgente y esta enfermedad viral está siendo catalogada como la mayor amenaza actual para la salud pública, además de que está relacionada con el acelerado ritmo del cambio climático.
Qué es la fiebre hemorrágica de Crimea Congo
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad se transmite a través del nairovirus, que se propaga a través de las garrapatas y tiene una tasa de letalidad entre el 10 % y el 40 %.
Los efectos del cambio climático están relacionados en Europa con la dispersión de pulgas, garrapatas y otros animales rastreros, por lo que países como el Reino Unido y Francia han sido calificadas como zonas de riesgo para la expansión de este virus.
La peligrosidad de la fiebre hemorrágica de Crimea Congo está principalmente en los síntomas: dolores de cabeza, fiebre muy alta, dolor en espalda y articulaciones, constantes vómitos y dolor estomacal.
En la mayoría de los pacientes se puede llegar a obtener una tonalidad roja en los ojos, también la piel del rostro se puede mostrar enrojecida, la garganta irritada y aparecen algunas manchas rojas en el paladar.
Los pacientes que enfrentan síntomas graves, ya sea por la falta de tratamiento o cuestiones patológicas, pueden llegar a sufrir la aparición de hematomas, hemorragias nasales y malestares que pueden durar hasta dos semanas.
Aunque la forma de contagio más frecuente es la mordedura de una garrapata infectada, también se puede dar a través del contacto con sangre o tejidos de animales infectados, sin mencionar que también hay una vía de transmisión de persona a persona a través del contacto estrecho con secreciones o fluidos corporales de personas infectadas.
Al ser las garrapatas uno de los principales transmisores, las personas que tienen que ver con la industria ganadera, ya sea en ranchos, mataderos o clínicas veterinarias, son los que tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad.
Hay que señalar que esta enfermedad no tiene una vacuna o un tratamiento específico; sin embargo, la mayoría de los médicos suelen recurrir a terapias de fluidos y cuidados intensivos durante el periodo de recuperación.