
Un enorme iceberg de 15,000 kilos llegó a la ciudad andaluza de Málaga, España, hace apenas unos días, después de un viaje de más de 300 kilómetros. Pero este hecho no es una casualidad, sino que tiene un mensaje claro y urgente: concientizar sobre el preocupante derretimiento del Ártico y la necesidad de tomar medidas para salvarlo.
La expedición “Desafío Ártico. Operación Iceberg” fue la encargada de llevar a España este gigantesco bloque de hielo. La expedición liderada por Manuel Calvo también contó con la participación de cinco adolescentes de entre 15 y 17 años que superaron el cáncer: Melanie, Julia, Nora, Alex y Edu. Además, la expedición estaba conformada por Carmen, la hija de Manuel, quien actuó como monitora; su hijo Manuel, quien desempeñó el papel de guía oficial de montaña; y el director y cámara del documental de esta aventura.
La expedición 'Desafío Ártico', compuesta por el aventurero Manuel Calvo y cinco adolescentes que han superado un cáncer, ha aterrizado este viernes a Málaga tras recorrer 300 kilómetros por el sur de Groenlandia para concienciar sobre el cambio climático. pic.twitter.com/v4hde3IoEP
— EFE Andalucía (@EFE_Andalucia) July 28, 2023
El iceberg llegó a la costa del Sol en un contenedor refrigerado directamente desde Groenlandia, y la intención es que la ciudadanía pueda observar de cerca cómo este bloque de hielo se derrite, para así generar conciencia sobre el calentamiento global y sus devastadoras consecuencias.
Esta octava edición de la expedición “Desafío Ártico. Operación Iceberg” comenzó su travesía el pasado 12 de julio desde el aeropuerto de Málaga con rumbo a Groenlandia, Dinamarca. Durante más de dos semanas, los participantes exploraron el glaciar de Qooqqut, que alberga una gran cantidad de icebergs, y también visitaron el glaciar de Qaleraliq, un campamento situado al sur de Groenlandia, uno de los lugares más inhóspitos del mundo y al que solo se puede acceder en lancha.
La expedición continuó su viaje hacia el pueblo de Narsaq, famoso por su vasta llanura y su abundante fauna, incluyendo focas y ballenas. Allí tuvieron la oportunidad de avistar zorros y liebres árticas, además de presenciar las consecuencias del cambio climático, viendo cómo los glaciares se retraen y el hielo se derrite. También pudieron convivir con los inuit, conocidos como esquimales, para conocer sus tradiciones, testimonios y las difíciles condiciones de vida que enfrentan debido al cambio climático.