
El movimiento palestino Hamás responsabilizó al Gobierno de Estados Unidos y a su presidente, Joe Biden, del ataque contra un centro de acogida de refugiados en la Franja de Gaza.
La agencia palestina WAFA denunció previamente que los aviones de Israel bombardearon la escuela Usama ibn Zayd, que alberga a miles de desplazados en el área de Al Saftawi en el norte de la Franja de Gaza, dejando decenas de heridos y de víctimas mortales.
"Una terrible masacre en la escuela de Osama ibn Zayd de la ONU, donde se refugiaron cientos de desplazados. (...) Culpamos de lleno a la administración de EEUU y al propio presidente Biden de esa serie de asesinatos en masa después de su apoyo abierto, que envalentonó a Israel y le dio luz verde para cometer un genocidio de nuestra población", afirmó el movimiento en un comunicado.
La escuela atacada alberga a miles de personas desplazadas en el marco del programa de la Agencia de las Naciones Unidas para refugiados palestinos en Oriente Medio (Unrwa, en inglés).
El pasado 7 de octubre, el movimiento palestino Hamás lanzó miles de cohetes desde la Franja de Gaza en un ataque sin precedentes y realizó una incursión armada en las zonas fronterizas del sur de Israel, por lo que el primer ministro del Estado judío, Benjamín Netanyahu, declaró que el país "está en guerra".
En respuesta al ataque sorpresa de Hamás, el Ejército israelí movilizó a 300.000 reservistas, lanzó varias oleadas de ataques aéreos y el 28 de octubre Netanyahu anunció que las tropas israelíes atravesaron las puertas de Gaza y procedieron a la segunda fase de la guerra para destruir la infraestructura de Hamás y recuperar a los rehenes.
Desde el 9 de octubre, Israel mantiene el enclave palestino sin provisiones básicas, si bien el día 16 reinició el suministro de agua para el sur de Gaza, adonde se desplazan estos días cientos de miles de civiles.
Numerosos países llamaron a Israel y Hamás a detener las hostilidades y negociar un alto el fuego. También se multiplican las voces a favor de una solución de dos Estados como única vía posible para lograr una paz duradera en la región.
Las hostilidades han causado hasta la fecha más de 1.400 muertos y casi 5.500 heridos en Israel, y más de 9.200 muertos y 32.000 heridos en la Franja de Gaza, según los últimos datos disponibles.