
Un exagente de la CIA, identificado como Brian Jeffrey Raymond, fue sentenciado a 30 años de prisión por drogar, fotografiar y agredir sexualmente a más de 28 mujeres en países de Latinoamérica mientras estaba en servicio.
Este caso es considerado uno de los más atroces en la historia de la agencia estadounidense e involucra varias agresiones que el propio Raymond documentó desde 2006 en países como México y Perú.
De acuerdo con las autoridades, el exagente tenía el patrón de atraer mujeres mediante aplicaciones de citas, las invitaba a su apartamento rentado por el gobierno, y después de drogarlas, abusaba de ellas mientras estaban inconscientes, llegando a tomar más de 500 fotografías de sus víctimas desnudas.
#FBIWFO & U.S. Department of State’s Diplomatic Security Service’s Office of Special Investigations Seek Information Regarding Alleged Sexual Offender Brian Jeffrey Raymond https://t.co/3zxyJ42hdS pic.twitter.com/83EKPl56k6
— FBI Washington Field (@FBIWFO) December 15, 2020
“La manipulación del acusado hacía que las mujeres se culparan a sí mismas por haber perdido el conocimiento, se sintieran avergonzadas y se disculparan con el acusado”, aseguraron los fiscales en el expediente judicial.
Las víctimas describieron a Raymond como un hombre amable y educado; sin embargo, algunas solo descubrieron el abuso que sufrieron cuando el FBI les mostró las fotografías y videos. La jueza Collen Kollar-Kotely describió a Raymond como un “depredador sexual” al imponer la sentencia. “Tendrá un período de tiempo para pensar en esto”, comentó la jueza.
El caso del exagente salió a la luz en 2020, cuando una de sus víctimas escapó y pidió ayuda desde el balcón de su apartamento en la Ciudad de México. En su defensa, el acusado pidió clemencia, afirmando que había reflexionado profundamente sobre su “espiral descendente”, pero la corte rechazó su apelación. Además de prisión, se le ordenó pagar 10,000 dólares a cada una de las víctimas en compensación.
“Mientras trabajaba incansablemente en su empleo gubernamental, ignoró su propia necesidad de ayuda y con el tiempo comenzó a aislarse, a distanciarse de los sentimientos humanos y a volverse emocionalmente insensible”, detalló el abogado del Raymond.