
Hay una frase muy utilizada en las pláticas motivacionales o en charlas para padres de familia: "la palabra mueve, pero el ejemplo arrastra". Un mensaje muy claro de que los hechos son más contundentes que las promesas y son más efectivos que las palabras para influir en las personas.
Pero ¿qué sucede cuando no hay ejemplo, o el ejemplo es hacer poco o nada? Sucede, sencillamente, lo que está ocurriendo en el desgobierno del alcalde José Chedraui: nada bueno. Y el nulo trabajo en la capital poblana también es la constante en el DIF municipal.
Esta dependencia, encabezada por MariElise Budib, está más ocupada y preocupada en asuntos triviales y poco productivos socialmente hablando, como la pasarela de moda dizque con causa, que organizó el pasado fin de semana, supuestamente para la construcción de una escuela para niñas y niños con Síndrome de Down.
Una causa noble, pero habrá que esperar un largo tiempo para ver alcanzados los objetivos que, en teoría, están planteados. Pero mientras eso sucede, los cruceros se llenan de niñas y niños de la calle, que requieren atención inmediata de esta institución, el otrora benéfico DIF municipal.
Abril ha sido catalogado como el "Mes de las niñas y los niños", pero en Puebla capital este abril está motejado como el “Mes de los infantes olvidados”, porque los niños de la calle están en el olvido, están siendo explotados y los casos aumentan, pues en los cruceros hay más niños pedigüeños y haciendo malabares, que adultos pidiendo limosna.
La situación es preocupante y refleja una realidad triste: no hay autoridad municipal sensible, no hay un DIF municipal organizado, no hay una jefa del DIF municipal comprometida. Sólo hay desfiles de moda y eventos político-sociales para lucir atuendos Gucci, Louis Vuitton, Fendi, gafas oscuras y cinturones Versace, zapatitos Prada, etc.
Mientras sucede ese lucimiento banal, la explotación infantil es un grave problema que requiere de atención inmediata y acciones efectivas por parte de las autoridades municipales y, en específico, del DIF, una institución que fue creada para para proteger y promover el bienestar de las familias, así como proteger los derechos de la niñez y la adolescencia.
Por desgracia, en Puebla las autoridades municipales están más ocupadas en otro tipo de asuntos, que en beneficiar a la sociedad. Al más fiel estilo del alcalde Chedraui, el DIF municipal está igual de inoperante, pues a punto está de llegar está administración a los primeros 6 meses de "trabajo" y nomás no hay resultados. Sólo palabras… y desfiles de moda.
El fin de la "pasarela de moda" no es lo cuestionable, siempre y cuando se cumpla lo prometido y entre más pronto mejor, porque los niños y niñas con esta condición genética también forman parte de un sector vulnerable que hay que atender de manera inmediata.
Lo que genera molestia social, más molestia, es que el DIF municipal no combate el trabajo infantil y el abandono de infantes, que es visible en las calles de la capital. El trabajo en cruceros se ha convertido en una actividad común entre menores.
La falta de sensibilidad y de normalizar esta actividad por parte del DIF municipal ya da pena ajena, al igual que el Ayuntamiento se ha olvidado de la ciudad y da vergüenza tener una autoridad así. Esta administración está a punto de cumplir el primer semestre y la "capital imparable" aún no arranca.
Diría el cantante y "poeta" mexicano, oriundo de Ario de Rosales, Michoacán, Marco Antonio Solís, "el Buki" ¿A dónde vamos a parar? Aún queda tiempo para dejar de lado las vanidades propias de mentes vacías y ponerse a trabajar en beneficio de los poblanos. Por cierto, el boletinero Ricardo Gutiérrez, para variar, debería hacer algo de provecho y decirle a su jefe Chedraui que su cometido, tras ser electo, no es expoliar a los poblanos, sino gobernar una ciudad quesque “imparable”.