
El estreno de “Blancanieves” en Londres fue pura fantasía, pues de acuerdo con Caroline Reid y Christian Sylt de The Guardian, el evento se transformó en un auténtico bosque de cuento de hadas con una cabaña de paja a tamaño real repleta de peluches. Además, en Hollywood, un conejo real desfiló por la alfombra roja del estreno, en una puesta en escena que parecía querer demostrar su compromiso con la naturaleza; sin embargo, la realidad detrás del rodaje no refleja este mensaje.
Según documentos de la propia compañía, el rodaje de la película generó más emisiones de gases de efecto invernadero en Reino Unido que la última entrega de “Rápidos y Furiosos”, saga que no escatimó en combustible ni en acción, algo criticable para una película con un discurso “ecofriendly” afín al universo “woke”.
Después de analizar más de 250 presentaciones de Walt Disney Company, se reveló que los remakes en acción real de “Blancanieves” y “La Sirenita” han sido los más contaminantes de la compañía en Reino Unido desde que, en 2019, se instauró el requisito de reportes ambientales para acceder a incentivos fiscales.
Ambas películas, producidas en los Pinewood Studios cerca de Londres, dejaron una huella de carbono superior a la generada anualmente por aeropuertos como los de Birmingham y Luton. De hecho, sus emisiones superan incluso las de lugares como el parque de atracciones Blackpool Pleasure Beach o el O2 Arena de Londres.
“Blancanieves”, protagonizada por Rachel Zegler y con Gal Gadot como la reina malvada, estuvo envuelta en polémica desde el inicio. Desde las declaraciones políticas de su protagonista hasta el debate sobre los siete enanitos, la película tuvo una baja recepción, con cientos de millones en pérdidas.
De acuerdo con los informes, Disney recibió 44.9 millones de libras por filmar “Blancanieves” en Reino Unido, y 49.7 millones por “La Sirenita”, pero a cambio, las productoras deben declarar los costos y las emisiones generadas.
Las emisiones se miden en toneladas de dióxido de carbono equivalente y se clasifican en tres niveles: uso directo de combustibles, consumo eléctrico y emisiones indirectas por servicios y proveedores. Solo en las dos primeras categorías, “Blancanieves” generó 3,153 toneladas de CO₂ y “La Sirenita” 5,127.
En la industria, se considera que una “gran producción” emite en promedio unas 2,600 toneladas, cifra que “La Sirenita” casi duplica, mientras que “Blancanieves” la supera en 62 %.