La eliminación del Real Madrid en los cuartos de final de la UEFA Champions League a manos del Arsenal ha dejado secuelas profundas en la casa blanca. Tras un pesado 5-1 en el marcador global, el club ya piensa en una profunda reestructuración que marcará el inicio de una nueva era. Todo apunta a que esta caída ha sido el detonante definitivo para la revolución que se avecina en la plantilla y el cuerpo técnico.
Según fuentes cercanas al club, Carlo Ancelotti no continuará al frente del equipo más allá de la final de la Copa del Rey, que se disputará en Sevilla frente al FC Barcelona. El técnico italiano, que ha dado al Madrid múltiples títulos, cerrará su ciclo en el banquillo blanco en uno de los clásicos más esperados de la temporada. Aunque su futuro aún no está oficializado, se especula con que podría asumir un nuevo reto lejos de Europa.
Pero los cambios no se detendrán en el banquillo. También se prevé una limpia en la plantilla que incluiría la salida de varios pesos pesados. Luka Modric, leyenda del club, podría poner punto final a su gloriosa etapa en el Santiago Bernabéu. Su contrato expira en junio y no parece que vaya a ser renovado, lo que pondría fin a una era marcada por su visión y elegancia en el mediocampo.
Lucas Vázquez, otro veterano del equipo y símbolo de entrega, también estaría en la puerta de salida. A pesar de su versatilidad y compromiso, el club busca rejuvenecer su plantilla con sangre nueva. David Alaba, quien ha lidiado con lesiones en los últimos tiempos, también podría ser parte de esta renovación. Aunque su liderazgo es valorado, su rendimiento ha sido irregular y no se descarta que el club escuche ofertas por él.
Real Madrid se prepara para una transición generacional importante. Florentino Pérez quiere que el equipo siga compitiendo al más alto nivel, y para ello hará falta no solo fichajes estelares, sino también tomar decisiones difíciles.
El verano que se avecina será clave para el futuro del club. La era Ancelotti está cerca de su fin, y con ella se cerrará un capítulo lleno de gloria. Lo que viene, promete ser igual de ambicioso.
