"Omeprazolización", el peligroso hábito que está dañando tu salud silenciosamente

"Omeprazolización", el peligroso hábito que está dañando tu salud silenciosamente

Foto: FreePik

Durante las vacaciones, es común que las personas disfruten de una variedad de alimentos y bebidas que pueden ser ricos en grasas, azúcares y especias. Estos alimentos pueden desencadenar síntomas de reflujo gastroesofágico en algunas personas, especialmente si se consumen en grandes cantidades o con frecuencia.

 

En muchos casos, de manera sistemática, las personas optan por consumir omeprazol para disminuir las molestias. Desafortunadamente, la "omeprazolización" silenciosa de la sociedad está normalizando el uso crónico de este fármaco, el cual debería ser de uso temporal y estar sujeto a una revisión adecuada de su necesidad.

 

Aunque el omeprazol es efectivo para tratar síntomas de reflujo gastroesofágico y otras condiciones relacionadas con el ácido estomacal, su uso prolongado puede tener consecuencias negativas para la salud.

 

¿Qué es la omeprazolización?

 

Como tal, no es un término médico oficial, pero se usa coloquialmente en algunos contextos para describir el uso excesivo, indiscriminado o prolongado del omeprazol, un inhibidor que reduce el ácido estomacal para tratar condiciones como reflujo gastroesofágico, úlceras o acidez. Llevar a un uso prolongado y excesivo de este medicamento puede generar graves consecuencias negativas para la salud.

 

De inicio, provoca deficiencias nutricionales. La reducción de ácido gástrico dificulta la absorción de B12, lo que puede generar anemia o problemas neurológicos. Los niveles bajos de magnesio pueden provocar calambres muscularesarritmias o fatiga; asimismo, la disminución de ácido puede afectar la absorción, aumentando el riesgo de osteoporosis o anemia.

 

Se incrementa también el riesgo de infecciones gastrointestinales, ya que menos ácido estomacal facilita la proliferación de bacterias como Clostridium difficile, causando diarrea severa. Por otra parte, la aspiración de bacterias desde el tracto digestivo puede aumentar el riesgo de infecciones pulmonares. Además, su uso prolongado se ha asociado con nefritis intersticial y, en algunos casos, enfermedad renal crónica.

 

De igual forma, la reducción de la absorción de calcio puede aumentar el riesgo de fracturas, especialmente en caderacolumna y muñeca, sobre todo en personas mayores. Sobresale el dato de que, al suspender el omeprazol abruptamente tras un uso prolongado, puede haber un aumento exagerado de la producción de ácido (hipersecreción de rebote), empeorando los síntomas.

 

Así también, el uso a largo plazo puede provocar pólipos en el estómago o, en casos raros, cambios en la mucosa gástrica. El omeprazol puede afectar, de igual forma, la absorción de otros fármacos, como el clopidogrel (anticoagulante), reduciendo su eficacia.

 

Algunos estudios han encontrado un aumento del riesgo de desarrollar hígado graso, una enfermedad renal crónica o incluso enmascarar una patología grave, como un cáncer gástrico. Por ello, se sugiere su uso bajo supervisión médica, tomarse solo por el tiempo indicado y para condiciones diagnosticadas y, por supuesto, evitar la automedicación.

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