
El cannabis medicinal podría tener un papel más relevante en el tratamiento del cáncer de lo que se creía hasta ahora, pues de acuerdo con un nuevo análisis llevado a cabo, no solo es eficiente para aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia, sino también a su potencial para frenar el crecimiento de células cancerosas.
El estudio fue divulgado por la revista Frontiers in Oncology y aplicó inteligencia artificial para revisar más de 10,000 investigaciones sobre el vínculo entre cannabis y cáncer. Según sus autores, este es el análisis más amplio de su tipo y tiene el objetivo de establecer un consenso científico sobre su uso, y para lograrlo se utilizó una técnica llamada “análisis de sentimientos”, que permite identificar el tono de los textos. Además, los resultados revelaron que el apoyo a esta alternativa médica es más de 31 veces superior a las opiniones contrarias.
Aunque actualmente se emplea sobre todo para combatir síntomas como náuseas, pérdida de apetito o dolor crónico derivados del tratamiento oncológico, muchos estudios señalan que también puede favorecer la apoptosis, es decir, la destrucción de células cancerígenas.
Sin embargo, el progreso de estas investigaciones ha sido lento, ya que el cannabis sigue clasificado como una sustancia de Lista I en la Ley de Sustancias Controladas de Estados Unidos, junto a drogas como la heroína y el LSD. Esta categoría indica un alto riesgo de abuso y nulo valor terapéutico reconocido, lo cual obstaculiza su estudio a fondo.