De hogares a casas del terror: el crimen se apodera de las unidades habitacionales

De hogares a casas del terror: el crimen se apodera de las unidades habitacionales

Foto: Enfoque

Actualmente, nos enfrentamos desafíos significativos en materia de seguridad pública, especialmente en diversas unidades habitacionales, no solo en Puebla capital; y es que, por su densidad poblacional y condiciones socioeconómicas, se han convertido en focos rojos de incidencia delictiva. Algunas veces los residentes son víctimas de esta problemática, aunque en otros casos, forman parte de ella.

 

Según informes recientes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, al menos 21 colonias y juntas auxiliares presentan una alta incidencia delictiva, destacando varias unidades habitacionales entre las más afectadas.

 

Recientemente, mediante un operativo federal se desmantelaron tres departamentos de la unidad habitacional Los Héroes, que funcionaban como narcolaboratorios, lo que derivó en la captura de un peligroso líder criminal: “el Gangoso”.

 

Aunado a ello, tras al menos cuatro cateos la semana pasada -el Jueves Santo-, en Misiones de San Francisco, unidad habitacional de Coronango, se detuvo a dos personas posiblemente relacionadas con el hallazgo de cinco cadáveres emplayados que fueron abandonados en una camioneta en la zona de Los Fuertes.

 

 

Diversos elementos han sido identificados como factores que agravan la situación de inseguridad en estas unidades habitacionales. Su alta densidad poblacional, es uno de ellos. La concentración de habitantes en espacios reducidos dificulta la vigilancia y el control por parte de las autoridades.

 

Las deficiencias en la infraestructura urbana, como la falta de iluminación adecuada, espacios públicos abandonados y escasa presencia policial contribuyen a la proliferación de actividades delictivas.

 

También los problemas socioeconómicos como la pobreza y el desempleo en estas zonas pueden ser factores que propician la delincuencia.

 

El contexto urbano como el de Puebla capital permite que a las unidades habitacionales se les considere lugares idóneos para actividades delictivas por una combinación de factores estructurales, sociales y logísticos que facilitan el anonimato, el control territorial y la operación encubierta de grupos o individuos con actividades criminales.

 

En muchas de estas zonas, los vecinos no se conocen entre sí, lo que facilita que personas externas o con intenciones delictivas pasen desapercibidas. Esta falta de cohesión social reduce la posibilidad de que alguien denuncie actividades sospechosas.

 

La estructura de muchas unidades facilita la huida de los delincuentes tras cometer un ilícito. Múltiples entradas, pasillos, accesos vehiculares y callejones permiten que se escapen rápidamente sin ser detectados por los cuerpos policiacos.

 

Los delitos que predominan en estas unidades habitacionales son el robo a transeúnte, particularmente en horarios nocturnos y en zonas con poca iluminación; el robo de vehículos y autopartes; el robo a comercio y la violencia familiar.

 

Sin embargo, también se reporta la presencia de pandillas que generan un ambiente de inseguridad constante para los habitantes.

 

Las unidades habitacionales también han sido usadas por grupos delictivos como puntos de operación, pues almacenan armas, droga o incluso personas, utilizando departamentos o casas rentadas bajo nombres falsos o prestanombres, para convertirlas en casas de seguridad.

 

En la presente administración municipal, a finales de diciembre de 2024, se desmanteló un “picadero” en la unidad habitacional San Bartolo, donde las autoridades municipales, estatales y federales rescataron a cuatro personas privadas de la libertad y se detuvo a 14 por la comisión de diversos delitos.

 

 

Entre las principales unidades habitacionales con alta incidencia delictiva en la capital, según informes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, se encuentran Bosques de San Sebastián, La Margarita, San Bartolo, Agua Santa y Los Héroes.

 

La inseguridad en las unidades habitacionales de Puebla capital es un problema complejo que requiere de un enfoque integral con acciones a mediano y largo plazo, considerando todos los factores antes mencionados.

 

Además, se hace un exhorto por parte de las autoridades a que la ciudadanía se involucre activamente en la construcción de entornos más seguros y resilientes.

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