Día del Animal de Laboratorio: México avanza lento hacia una cosmética sin crueldad

Día del Animal de Laboratorio: México avanza lento hacia una cosmética sin crueldad

Foto: Freepik

Este día, en el marco del Día Internacional del Animal de Laboratorio, México ha vivido una transformación en la industria cosmética tras la prohibición de pruebas en animales aprobada en 2021. Esta medida representa un avance histórico, ya que México se convirtió en el primer país de América del Norte y el número 41 a nivel mundial en prohibir la experimentación animal para productos cosméticos.

 

Hasta antes de esta reforma, muchas marcas cosméticas recurrían a pruebas en animales para garantizar la seguridad de sus productos antes de comercializarlos. Sin embargo, la creciente preocupación por el bienestar de los animales y las nuevas tecnologías científicas ofrecían alternativas viables. México, con esta ley, se sumó a un movimiento global que busca erradicar la crueldad animal en el desarrollo de productos de belleza.

 

¿Qué establece la ley? 

 

La reforma establece que:

 

- Se prohíbe la experimentación en animales para ingredientes o productos cosméticos.

 

- No se podrán fabricar, importar ni comercializar productos cosméticos que hayan sido probados en animales, sin importar el país de origen.

 

- Se otorgó un plazo de dos años para que las empresas sustituyeran las pruebas en animales por métodos alternativos validados por la comunidad científica internacional.

 

- Se establecen sanciones que incluyen penas de 2 a 7 años de prisión y multas de 200 a 2,000 veces el valor de la UMA para quienes incumplan la ley.

 

No obstante, aunque la ley fue aprobada por unanimidad en el Senado y publicada en el Diario Oficial, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) aún no ha emitido la Norma Oficial Mexicana (NOM) que regule plenamente su aplicación, lo que ha generado retrasos en la implementación efectiva de la prohibición.

 

En México, se estima que hasta 500,000 animales de laboratorio mueren anualmente en pruebas que pueden causarles sufrimiento extremo, incluyendo ceguera, convulsiones y muerte.

 

Por lo que organizaciones como Humane Society International y Animal Heroes han monitoreando y promoviendo el cumplimiento de la ley, además de fomentar la adopción de métodos alternativos de prueba.

 

La respuesta de la industria cosmética

 

En tanto, la sociedad mexicana ha mostrado un creciente rechazo a la crueldad animal. Encuestas indican que más de 78% de los consumidores desean que los productos indiquen si fueron probados en animales, y un alto porcentaje repudia el maltrato animal en general. Esta sensibilidad ha impulsado a muchas empresas a adoptar prácticas libres de crueldad y a buscar alternativas para la evaluación de seguridad de sus productos.


 

Y en el mercado, grandes compañías como Unilever, P&G, L’Oréal, Avon y Lush colaboran con organizaciones como Humane Society International (HSI) para promover métodos de prueba sin animales, como tejidos humanos, modelos sintéticos y simulaciones computacionales. Además, el movimiento “cruelty-free” ha ganado terreno, con sellos que certifican productos libres de crueldad, facilitando a los consumidores la elección ética.

 

¿Ciencia o crueldad? El debate

 

La experimentación en animales para cosméticos ha sido tradicionalmente justificada como una necesidad científica para garantizar la seguridad de los productos. Sin embargo, esta práctica ha sido cuestionada por ser cruel, dolorosa y muchas veces innecesaria, dado que existen métodos alternativos más efectivos y éticos.

 

El debate actual se centra en equilibrar la protección de la salud humana con el bienestar animal, promoviendo la innovación científica que permita eliminar el uso de animales en la industria cosmética. La prohibición en México es un paso hacia una ciencia más ética y responsable, que responde a la presión social y a la disponibilidad de métodos alternativos validados.

 

En conclusión, la prohibición de pruebas cosméticas en animales en México ha impulsado una transformación en la industria y la sociedad, aunque su aplicación completa aún enfrenta retos regulatorios. La medida refleja un cambio cultural hacia el respeto animal y la adopción de ciencia sin crueldad, posicionando a México como un referente en la región para un mercado cosmético más ético y sostenible.

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