
Más es menos. Las campañas de las candidaturas que contenderán en la elección del Poder Judicial de este 2025 están a nada de llegar a su punto intermedio y entre más cercana está la fecha de la elección, menos interés hay entre la sociedad. Como que los votantes le hacen el fuchi porque es una elección impuesta a producto de gallina.
Los más de 3,400 participantes en esta supuesta campaña son -y resultan ser en su mayoría- unos completos desconocidos. Nada que decir del método de elección, entre más intentan las autoridades explicar a la gente cómo emitir el voto, menos lo entienden. Es un galimatías auspiciado por el INE y la 4T.
Cada día que pasa es una confirmación de que esta elección judicial es y será un completo desastre, ya lo dijo en días pasados el diputado de MC en Durango, Martín Vivanco: es un proceso viciado, caótico y peligroso para la imparcialidad de la justicia en México. Este diputado “reveló” lo que todo ciudadano vio desde un principio.
Esto sólo podría suceder en México en la Cuarta Transformación: se cambiará a los juzgadores de carrera por peones de quienes puedan financiar sus campañas. Quien no tiene patrocinio, no compite. Así de fácil y así de caótico.
Más es menos. El INE destinó para la elección de jueces y magistrados 13,000 millones de pesos, convirtiéndola en una de las elecciones más costosas en la historia de México. La elección federal de 2024 costó menos con una cifra que ascendió a 8,200 millones de pesos. Un verdadero desperdicio de recursos, que no fueron tirados a la basura, sino al retrete.
Los spots del INE han saturado la televisión y la radio, con 48 minutos diarios de promocionales bobos, según para informar sobre el proceso y las candidaturas. Pero esos anuncios sosos están lejos de despertar el interés, porque absolutamente nadie les hace caso. Algunos consejeros de este instituto, más listos que los demás, lo anticiparon debido a la complejidad del proceso.
Y de risa lo dicho por la propia la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, quien acusó que este desinterés es por la falta de debates efectivos para informar, ¿será? Además, por la reducción de tiempos en medios y la fragmentación de mensajes que dificultan que los votantes conozcan a los candidatos. O sea que el encargado de esta elección se queja de lo mismo que prohibió, ¿o acaso es el gobierno federal?
Ni qué decir de los "grandes esfuerzos" que hace el INE invitando a la sociedad a consultar la plataforma “Conóceles,” donde dizque se puede conocer la trayectoria y propuestas de los candidatos. Pocos son los ciudadanos que se han tomado el tiempo para meterse en ese enredijo cibernético. Ya lo mencionaron los expertos una y otra vez: este proceso está dirigido a un público muy "informado”, debido a la dificultad de entender las funciones de los cargos judiciales.
Por supuesto, en un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, las redes sociales también han jugado papel fundamental de expresión, pues usuarios han manifestado que está elección es un ejercicio que a nadie le importa y con un despilfarro criminal de dinero: 13,000 millones, mientras el país está sin medicinas y la gente muriendo.
Más es menos. Se presume que el próximo Poder Judicial estará dominado por más figuras afines a la Cuarta Transformación y menos representativas de la sociedad. La percepción de una “farsa” para capturar el Poder Judicial es evidente y la falta de debates robustos alimenta el temor de que los jueces y magistrados prioricen lealtades políticas sobre la independencia y la representación ciudadana.
Una verdadera cochinada es lo que se fragua con esta elección judicial, por eso no está de más asegurar que 13,000 millones de pesos no se fueron a la basura, sino al escusado.