Niñez rota: cuando los menores dejan de ser víctimas para convertirse en agresores

Niñez rota: cuando los menores dejan de ser víctimas para convertirse en agresores

Foto: Freepik

En este mes de las niñas y los niños, lamentablemente sobresale la situación actual que viven los menores de edad en el país: una realidad alarmante, especialmente en lo que respecta a la violencia que enfrentan, a pesar de los marcos legales y los derechos humanos establecidos para su protección. Los números son fríos: tan solo en el primer bimestre de este año se reportaron más de 5,600 delitos contra menores de edad, cifra que aumentó más de 1 % con respecto al mismo periodo de 2024.

 

Pero también existe una cruda realidad: la violencia ejercida por menores de edad. Se trata de un fenómeno en aumento, que refleja los problemas sociales, culturales y estructurales que enfrentan. Hoy en día, no es raro observar actos violentos cometidos por menores, que incluyen maltrato y asesinato de animales, violencia escolar, abuso sexual infantil perpetrado por otros menores, entre otros.

 

Lamentablemente, en algunos casos no existen cifras oficiales, como en el maltrato y asesinato de animales cometido por menores. El INEGI reportó un aumento general en denuncias por crueldad animal; tan solo en 2021 se registraron 2,447 carpetas de investigación por delitos contra animales, de acuerdo con un informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, aunque no se desglosa la edad de los perpetradores.

 

Sin embargo, algunas organizaciones animalistas afirman que los casos de menores involucrados en actos de crueldad animal —como torturas o asesinatos— son cada vez más visibles en redes sociales.

 

Por otro lado, en el tema de violencia escolar, existen datos que indican que entre 50 y 52 % de los menores en México han experimentado violencia o agresión física, que incluye bullying y ciberbullying. En 2022, la SEP reportó 18,000 casos de violencia escolar en escuelas públicas, de los cuales una proporción creciente involucra a menores como agresores, incluyendo agresiones físicas, ciberacoso y humillaciones.

 

Asimismo, el Panorama Estadístico de la Violencia contra Niñas, Niños y Adolescentes de UNICEF señala que 56 % de los casos reportados de violencia escolar involucran agresiones físicas, mientras que 44 % son agresiones verbales.

 

En cuanto al abuso sexual perpetrado por menores, este suele ocurrir en entornos escolares o familiares, donde los agresores aprovechan la cercanía y la falta de supervisión. La exposición a pornografía en línea y la normalización de conductas sexuales inapropiadas en redes sociales son factores clave.

 

Tan solo en 2022, la Secretaría de Salud reportó 9,929 casos de menores atendidos en hospitales por violencia sexual. Aunque no se desglosa la edad de los agresores, estudios de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) sugieren que los casos de abuso entre pares (menores contra menores) han aumentado un 10 % desde 2019.

 

Finalmente, dentro del rubro de homicidios, la Redim reporta que entre 2019 y 2022 los homicidios cometidos por menores aumentaron un 8 %, especialmente en estados con alta presencia del crimen organizado como Sinaloa, Chihuahua y Michoacán. Según esta red, entre 145,000 y 200,000 menores están en riesgo de ser reclutados por el crimen organizado.

 

La pobreza, la falta de oportunidades y la glamorización de la vida delictiva en comunidades marginadas incentivan a los menores a participar en actos violentos.

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