La mañana de este lunes, Puebla amaneció con una cara diferente. Desde muy temprana hora, la zona de Los Fuertes registraba un intenso movimiento. Las banquetas y camellones de la calzada Ignacio Zaragoza y el bulevar 5 de Mayo se convirtieron en un escenario paralelo.
No era para menos, Puebla se vestía de gala para conmemorar el 163 Aniversario de la Batalla del 5 de Mayo de 1862, encabezada por el general Ignacio Zaragoza. Los asistentes, más que simples espectadores, se apropiaron del espacio desde muy temprana hora. Algunos llegaron desde las 6:00 de la mañana para tener el mejor lugar y poder admirar de cerca el paso de los contingentes.
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A unos minutos de que inicie el desfile conmemorativo de la batalla del #5deMayo, cientos de personas se reúnen en la calzada Ignacio Zaragoza en espera del paso de los contingentes escolares.
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El reloj marcaba las 10:30 de la mañana y el sol brillaba con intensidad, pero la emoción superaba el calor, con espectadores buscando sombra bajo un mar de sombrillas. El primer grito de júbilo llegó, cuando a lo lejos, la presidenta Claudia Sheinbaum saludó a todos los presentes.
Era la señal que muchos esperaban; estaba a punto de iniciar el tradicional Desfile del 5 de Mayo, acto con el que la sociedad poblana reafirma su identidad, honra su historia, celebra su diversidad cultural y, además, le abre los brazos al mundo.
En punto de las 11:00 de la mañana dio inicio el desfile de los contingentes, encabezado por los miembros del Colegio Militar, la Marina, Guardia Nacional y el Ejército Mexicano. Durante su paso, el público pudo admirar el despliegue de la gallardía, disciplina, solemnidad y un profundo sentido patriótico.
A pesar del calor, el ánimo no decaía. Padres de familia, hermanos, primos, tíos o amigos, esperaban con ansia el paso de los contingentes escolares, para saludar o vitorear a su conocido o a su institución. Por fin, después de unos minutos, uno de los asistentes gritó: "ya vienen". El BINE fue el encargado de encabezar los contingentes estudiantiles, y la interacción entre los participantes y el público no se hizo esperar, creando un sentido de comunidad, como si Puebla entera se uniera en un solo latido patriótico.
???????? Alumnos y docentes del Benemérito Instituto Normal del Estado (@SomosBINE) partirán al frente de los contingentes escolares en el desfile del 5 de Mayo. pic.twitter.com/86V4P01yob
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Uno a uno, fueron presentándose los diversos contingentes estudiantiles, donde los alumnos avanzaban con una seriedad que contrastaba con su juventud, como si llevaran sobre los hombros el peso de la gesta de 1862.
La entrega de los estudiantes y el personal docente se hizo evidente en cada detalle. Las bandas de guerra y de música, con uniformes impecables en diversos colores, ejecutaban ritmos precisos, sus tambores y trompetas resonando como un eco de la determinación mexicana. Los movimientos sincronizados de las abanderadas, portando estandartes con los escudos de sus escuelas o los colores nacionales, eran un espectáculo de coordinación y respeto.
Incluso en el calor intenso, no hubo titubeos, los alumnos mantenían la formación, sudando pero sin perder el porte, como si cada paso fuera un homenaje a Ignacio Zaragoza y los héroes de Puebla.
Los profesores, caminando discretamente a los costados, observaban con orgullo, sabiendo que los meses de ensayos bajo el sol o en patios escolares habían dado fruto. Para muchos estudiantes, el desfile no era solo una obligación escolar, sino una oportunidad de honrar su historia y demostrar su compromiso con México.
El desfile se convirtió en un mosaico de regiones unidas por la historia. Alumnos de instituciones de San Pedro Cholula, Izúcar de Matamoros, Atlixco, Teziutlán, Acatzingo y Tehuacán, no solo honraron la victoria de 1862, sino que dieron vida a la riqueza cultural del estado.
Destacar a alguna institución por encima de otra sería injusto, ya que cada una aportó un esfuerzo único y valioso, reflejando la diversidad y el espíritu colectivo. Sin embargo, hubo planteles educativos que provocaron mayor algarabía entre los asistentes, como el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec y el Centro Escolar Morelos, pero como un reconocimiento a su labor dentro de la educación en Puebla.
Cada estudiante, cada escuela, fue una pieza esencial en el rompecabezas del orgullo poblano. Intentar señalar a una como la mejor sería ignorar el mensaje central del desfile, la fuerza de México, y de Puebla, radica en la suma de sus partes. Los asistentes respondiendo con porras y aplausos que no distinguían entre contingentes, sino que abrazaban a todos por igual.
La participación de estudiantes de diversas regiones, es una muestra de la unidad y el orgullo poblano y un recordatorio de que juntos, como en 1862, son invencibles.