
La elección de un nuevo papa suele durar varios días de deliberación, con oración y votaciones dentro del Vaticano. Sin embargo, en raras ocasiones, el consenso llega rápidamente, tal como ocurrió con el papa Pío XII, quien fue proclamado sumo pontífice con tan solo una jornada de votación.
En ese entonces, Europa vivía bajo la sombra del totalitarismo, y el estallido de un nuevo conflicto bélico parecía inminente. Por su parte, el cónclave debía elegir al sucesor de San Pedro y todo parecía indicar que la decisión tomaría varios días, incluso semanas, esto debido a las divisiones internas dentro de la Iglesia y a las presiones políticas de la época.
Pero en lugar de interminables sesiones de votación, bastaron solo tres rondas para que los cardenales eligieran al nuevo líder espiritual, algo poco común, especialmente en la era moderna, cuando alcanzar la unanimidad entre decenas de electores requiere más tiempo.
Pío XII fue el Papa de la Segunda Guerra Mundial.
— Decoded. (@Decoded85) April 23, 2025
Amado por unos, cuestionado por otros.
Pero lo que ocurrió tras su muerte lo convirtió en leyenda macabra.
Todo empezó el 9 de octubre de 1958, en Castel Gandolfo. pic.twitter.com/wEwV7Cwe8w
En ese entonces, Eugenio Pacelli se perfilaba como una figura destacada, ya que ocupaba el puesto de Secretario de Estado, uno de los cargos más influyentes dentro del Vaticano, y contaba con una extensa trayectoria diplomática. Además, había sido nuncio en Alemania, lo que le dio una visión sobre los cambios políticos que amenazaban la estabilidad mundial.
Su experiencia, sumada a su habilidad para comunicarse en varios idiomas y su reconocimiento más allá de las fronteras del Vaticano, lo convirtieron en una opción para liderar una Iglesia que enfrentaba problemáticas globales. A pesar de que el cónclave contaba con 62 cardenales, menos de los previstos debido a retrasos en la llegada de algunos electores, la decisión fue rápida y unánime.
La votación se llevó a cabo el 2 de marzo y, en cuestión de horas, la fumata blanca anunció al mundo que un nuevo papa había sido elegido. Pío XII fue proclamado oficialmente ese mismo día, iniciando un pontificado que se desarrollaría en medio de uno de los periodos más oscuros del siglo XX.