León XIV llama a la paz entre los pueblos: “el mal no prevalecerá”

León XIV llama a la paz entre los pueblos: “el mal no prevalecerá”

Después de que la multitud viera la salida de la fumata blanca que daba a conocer que se había elegido a un nuevo papa, el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, quien fue elegido en el cónclave, apareció en el balcón para dar su primera bendición Urbi et Orbi, llamó a la paz entre los pueblos y sentenció: “El mal no prevalecerá”.

 

El nuevo papa, también ciudadano peruano desde 2015, invitó a todos los fieles a seguir a Cristo y a trabajar juntos por la paz. “Dios nos ama a todos incondicionalmente”, aseguró ante una plaza llena.

 

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León XIV, como se hizo llamar, apeló a la construcción de puentes, no muros, solicitando la justicia, la unidad y la valentía. De manera personal, se dirigió en español a su “querida diócesis de Chiclayo”, la comunidad peruana que pastoreó durante casi una década. “Y si me permiten también una palabra, un saludo... a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú”, expresó con gratitud desde lo alto del Vaticano.

 

Antes de su aparición pública, el recién elegido pontífice siguió el protocolo establecido desde hace siglos y aceptó formalmente el cargo en presencia del maestro de celebraciones litúrgicas pontificias, el arzobispo Diego Ravelli, quien redactó el acta oficial.

 

 

Luego fue conducido a la llamada Sala de las Lágrimas, un recinto donde los nuevos papas se visten por primera vez con la sotana blanca. Allí, con vestiduras cuidadosamente preparadas en tres tallas y zapatos a medida, muchos pontífices lloran de felicidad.

 

Prevost, cuya trayectoria incluye décadas de servicio en Perú y cargos importantes en el Vaticano, figuraba entre los nombres más mencionados días antes al cónclave. Esta elección simboliza una continuidad en la visión pastoral promovida por Francisco, a quien recordó con afecto.

 

¡Gracias al papa Francisco!”, dijo desde el balcón el nuevo papa, reconociendo al pontífice fallecido que lo llamó a Roma y depositó en él una gran confianza.

 

En sus primeras palabras como sucesor de Pedro, León XIV alentó a los pueblos del mundo a caminar “unidos, de la mano”, con humildad y perseverancia, convencido de que solo así será posible vencer el mal y alcanzar una paz verdadera.

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