
El doctor Hamlet Rivera, especialista en ortopedia, advirtió que el uso de dispositivos de vapeo representa un riesgo significativo en procedimientos quirúrgicos, incluso cuando no están directamente relacionados con el sistema respiratorio. Durante su intervención en el programa "Salud es Vida", relató el caso de un paciente masculino cuyo procedimiento de fractura de húmero fue cancelado por complicaciones pulmonares derivadas del vapeo.
Según explicó el médico, la acumulación de secreciones en los pulmones fue detectada mediante una radiografía preoperatoria, lo cual impidió que la neumóloga otorgara la autorización necesaria para la cirugía. Este hallazgo obligó a posponer la intervención, pese a tratarse de una fractura ósea que, en principio, no involucraba órganos internos.
Rivera indicó que, en procedimientos ortopédicos del miembro superior, la anestesia general suele ser preferida o complementada con bloqueo de plexo. Este tipo de anestesia requiere intubación endotraqueal, implicando manejo de secreciones durante la operación. La presencia de mucosidad excesiva incrementa el riesgo de broncoaspiración, complicación que puede derivar en neumonía o insuficiencia respiratoria durante el acto quirúrgico.
Además, el especialista señaló que el vape contiene nicotina, sustancia adictiva que provoca broncoconstricción y vasoconstricción. Estos efectos reducen el diámetro de las vías respiratorias y vasos sanguíneos, disminuyendo la perfusión de oxígeno y nutrientes hacia los tejidos. Rivera enfatizó cómo esta condición afecta directamente la cicatrización y eleva la probabilidad de infecciones en el sitio quirúrgico.
Otro aspecto destacado por el médico es la composición química de los vapores inhalados. Los sabores y aromas artificiales, percibidos como inofensivos por algunos usuarios, transportan compuestos irritantes que contribuyen a la inflamación pulmonar. Rivera advirtió que esta percepción errónea facilita su uso frecuente, sin considerar las consecuencias en procedimientos médicos.
También, el especialista recomendó suspender el uso de vape entre cuatro y seis semanas antes de cualquier intervención quirúrgica, con el propósito de mejorar la función pulmonar y optimizar la recuperación postoperatoria. También hizo hincapié en la necesidad de informar al médico tratante sobre el consumo de estos dispositivos durante la evaluación prequirúrgica.
Finalmente, el doctor Rivera puntualizó que las complicaciones atribuibles al vapeo no se limitan a cirugías pulmonares o cardiovasculares. Incluso en procedimientos ortopédicos, este hábito puede condicionar resultados adversos y retrasar la recuperación del paciente.
La entrevista concluyó con un llamado a la conciencia sobre los riesgos asociados al vapeo, subrayando su impacto más allá de las enfermedades respiratorias. Rivera sostuvo que estos dispositivos, a pesar de su popularidad y aparente inocuidad, exponen a los usuarios a complicaciones médicas que trascienden la adicción a la nicotina. (Notipress)