
Desde siempre, la docencia ha sido una de las profesiones más nobles y fundamentales para el desarrollo de las sociedades. Sin embargo, en las últimas décadas, la imagen y el interés por ser maestro han ido en declive. Con la proximidad del Día del Maestro, es momento de analizar por qué los jóvenes ya no ven en la enseñanza una opción viable y qué está ocurriendo a nivel global, nacional y local para provocar este fenómeno.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) señaló que el mundo necesita 44 millones de nuevos docentes para alcanzar una educación básica universal antes de 2030. Aunque este número representa una mejora respecto a los 69 millones de 2016, sigue siendo alarmante. El informe destaca que, a pesar de los esfuerzos por mejorar la educación, la escasez de maestros sigue siendo un desafío global.
Entre las principales causas identificadas se encuentran:
- Condiciones laborales precarias: En muchos países, los maestros trabajan en condiciones difíciles, con falta de recursos y con una sobrecarga administrativa. Las infraestructuras escolares son deficientes, lo que afecta tanto a los alumnos como a los docentes.
- Bajos salarios: En muchos lugares del mundo, los docentes ganan menos que profesionales con cualificaciones similares en otros sectores.
- Altos niveles de estrés: La carga emocional y física de ser maestro, especialmente en los primeros años de ejercicio profesional, ha sido otro factor que contribuye al abandono de la docencia. Los maestros no solo enfrentan retos pedagógicos, sino que deben lidiar con la violencia, las dificultades familiares de los alumnos y la falta de apoyo institucional.
De acuerdo con un estudio llevado a cabo por la UNESCO, la tasa de abandono de la profesión docente ha aumentado, pasando de 4.62 % en 2015 a 9.06 % en 2022.
En Estados Unidos, por ejemplo, la mitad de los maestros han considerado abandonar la profesión debido al estrés, la mala paga, la falta de respeto y la excesiva carga laboral. En Reino Unido, el 40 % de los docentes no se ven trabajando como maestros en cinco años, citando condiciones laborales adversas y bajos salarios.
Situación nacional (México): un problema de oferta y prestigio
En el caso de México, la crisis se manifiesta no tanto en la renuncia masiva, sino en la insuficiencia de nuevos docentes para cubrir las vacantes. Se estimó que en 2023 hubo un déficit de más de 130,000 maestros en primaria y secundaria, mientras que los egresados normalistas apenas alcanzan entre 8,000 y 9,000 en el año.
Esta brecha se debe en gran parte al desprestigio de la profesión y a la baja competitividad salarial, dado que se estima que los maestros ganan en promedio 83 % menos que otras profesiones comparables.
Además, la docencia universitaria también enfrenta dificultades para atraer y retener talento joven. Los bajos sueldos, la falta de prestaciones, la carga laboral, el estrés y la escasa valoración social desmotivan a los jóvenes a seguir esta carrera. La falta de oportunidades para el desarrollo profesional y la percepción negativa sobre la situación educativa en el país agravan el problema.
En tanto, y de acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en Puebla, uno de cada tres municipios enfrenta una escasez de docentes superior a 50 %. Esta carencia afecta principalmente a áreas como inglés, educación física y ciencias, áreas en las que es más difícil cubrir las vacantes.
¿Por qué los jóvenes ya no quieren ser docentes?
Las razones principales que explican esta tendencia incluyen:
- Bajos salarios y falta de beneficios: la remuneración es insuficiente y poco competitiva frente a otras profesiones con niveles similares de formación.
- Alta carga laboral y estrés: los maestros enfrentan largas jornadas, presión por cumplir con objetivos ajenos a la enseñanza y demandas de padres y autoridades, lo que genera agotamiento.
- Falta de reconocimiento y prestigio social: la profesión está poco valorada, lo que afecta la motivación de los jóvenes para elegirla y permanecer en ella.
- Escasas oportunidades de desarrollo profesional: la falta de actualización y crecimiento limita el atractivo de la carrera, especialmente en la educación superior.
- Condiciones laborales adversas: trabajar en zonas rurales o en ambientes con pocos recursos y riesgos aumenta la desmotivación.
- Percepción negativa y descontento con el sistema educativo: muchos jóvenes y docentes están desencantados con la situación general de la educación en sus países.
La crisis en la docencia es un fenómeno global con profundas repercusiones en el futuro de la educación y la sociedad. La disminución del interés de los jóvenes por la carrera docente se explica por una combinación de factores económicos, laborales, sociales y culturales que requieren atención urgente.
Para revertir esta tendencia, es indispensable mejorar las condiciones salariales, laborales y de reconocimiento, así como fortalecer la formación y el desarrollo profesional de los maestros, garantizando que la docencia sea una opción atractiva y valorada para las nuevas generaciones.