
El recién nombrado director general del fabricante automotriz Nissan, Iván Espinosa, anunció que, como parte de un plan de reestructuración, la compañía cerrará siete de sus 17 plantas a nivel mundial, incluidas algunas en Japón.
Ante la difícil situación financiera de la empresa se produjo un cambio en la presidencia: desde el inicio del nuevo año fiscal, el 1 de abril, Espinosa sustituyó a Makoto Uchida como nuevo CEO del grupo automotor.
"Uno de los objetivos es reducir costos. Y el primer objetivo es reestructurar la producción. Esto incluye consolidar nuestras plantas en todo el mundo, incluyendo Japón. Esto requerirá reducir el número de plantas de 17 a 10", dijo Espinosa en una comparecencia ante la prensa.
El nuevo CEO también indicó que Nissan reducirá su capacidad de producción anual a 2,5 millones de vehículos para el año fiscal 2027. No obstante, la empresa mantendrá la posibilidad de ampliar esa capacidad en 500.000 unidades si las condiciones del mercado lo permiten.
Espinosa también confirmó las informaciones difundidas la víspera sobre el recorte de 20.000 empleados (aproximadamente el 15 por ciento de la plantilla) para el mismo año fiscal, que comenzará el 1 de abril de 2027.
"Aproximadamente el 65 por ciento de esos recortes se concentrará en el área de producción", precisó.
Según Espinosa, se trata de "una decisión sumamente dolorosa que no se habría tomado si no fuera absolutamente necesaria".
"Aunque es una medida clave para mejorar nuestras capacidades operativas, proporcionaremos el apoyo necesario a los empleados durante este período de transición", concluyó.
Nissan es uno de los principales fabricantes de automóviles de Japón, con una plantilla de más de 133.000 empleados. En el último ejercicio fiscal, que finalizó el 31 de marzo, la empresa registró pérdidas netas récord por valor de 750.000 millones de yenes (más de 5.000 millones de dólares).
A finales de febrero, la agencia internacional Fitch Ratings rebajó la calificación crediticia a largo plazo de Nissan en moneda local y extranjera, pasando de 'BBB-' a 'BB+', con perspectiva negativa, reflejando la incertidumbre en torno a su plan de reestructuración.