
Las autoridades de México y Estados Unidos ya indagan las causas del accidente del Buque Escuela Cuauhtémoc, que dejó un saldo de dos muertos y al menos veinte heridos; sin embargo, uno de los análisis más detallados proviene del capitán John A. Konrad V, fundador del medio especializado gCaptain, quien, basándose en su experiencia en navegación comercial y maniobras portuarias, consideró que el accidente no fue fortuito, sino resultado de errores concatenados.
Según el sitio Infobae, Konrad empleó el modelo del queso suizo para ilustrar cómo varias fallas menores, que al alinearse, abrieron paso a un problema mayor. De acuerdo con el experto, el buque había sido atracado con la proa hacia el muelle por razones ceremoniales, lo que obligó a zarpar de reversa, enfrentando la corriente del East River en marea creciente y un viento cruzado que complicó aún más la maniobra para una embarcación de grandes dimensiones.
????????Esta toma del buque Cuauhtémoc chocando contra el
— Vladimir DE LA TORRE (@delatorremorin) May 18, 2025
puente de Brooklyn es terrible.
Los pobres cadetes colgados de lo que puedan.
Muchos se preguntan si no tuvieron tiempo de bajarlos, todos llevarían arnés.
Qué valientes. pic.twitter.com/ESChlKd5D7
Durante la operación, el motor del Cuauhtémoc habría quedado atascado en reversa; además, las imágenes muestran una estela contínua bajo la popa, lo que indicaría pérdida de control en la propulsión. En esas condiciones, la tripulación no pudo detener ni redirigir el rumbo de la nave.
El análisis también apunta al papel del remolcador Charles D. McAllister, que no estaba amarrado por cabo al casco del buque, sino que solo empujaba desde la popa, lo que limitó su capacidad de respuesta en una situación crítica. Para Konrad, asegurar el remolcador o contar con un segundo equipo de apoyo, como suele hacerse en maniobras complejas, podría haber evitado el desenlace.
Asimismo, aunque la nave portaba la bandera “Hotel”, no se confirmó si se trataba de un piloto estatal o de un experto en atraque, lo cual habría influido en la precisión de la operación. También cuestionó el tipo de falla del motor y la comunicación entre la tripulación y el equipo de asistencia.
Here’s my thread on what we know so far. For notes I have been a competitive sailor and I am licensed to captain ships of any size but I have not sailed tall ships. ???? https://t.co/NT2xA1K9ZJ
— John Ʌ Konrad V (@johnkonrad) May 18, 2025
A pesar de la magnitud del choque, Konrad reconoció que ciertos elementos evitaron consecuencias más graves, como los mástiles de acero que resistieron sin colapsar sobre cubierta, y varios cadetes permanecieron en sus posiciones elevadas, lo que impidió caídas durante el impacto. Así como la reacción inmediata de bomberos, policías y remolcadores neoyorquinos, que ayudaron a estabilizar el velero y atender a los heridos.
Finalmente, Konrad advirtió que incluso instituciones con tradición pueden verse superadas cuando se subestiman los riesgos. Para él, el incidente dejó lecciones operativas y humanas sobre los peligros de actuar con márgenes mínimos y de revisar cada paso que mantiene una maniobra segura.