Millennials, la generación del agotamiento: ¿por qué están tan cansados?

Millennials, la generación del agotamiento: ¿por qué están tan cansados?

Foto: Freepik

Nacieron entre 1981 y 1996, crecieron con la esperanza de que la universidad sería el camino al éxito, y se insertaron en un mundo laboral hipercompetitivo, precarizado y conectado las 24 horas. Son los millennials, y, de acuerdo con múltiples estudios y expertos en salud mental, son la generación más agotada de la historia.

 

Este fenómeno, conocido como burnout, no es solo una fatiga pasajera, sino un estado crónico de agotamiento físico, emocional y mental que afecta profundamente su calidad de vida y desempeño laboral.

 

 

Un diagnóstico global: los datos del agotamiento

 

Un informe reciente publicado por el portal BetterUp reveló que 42 % de los millennials experimentan burnout frecuente, en comparación con solo 27 % de los miembros de la Generación X y 21 % de los baby boomers. La plataforma de bienestar mental indica que esta generación, a pesar de ser joven y productiva, enfrenta una fatiga emocional crónica que impacta su rendimiento y salud integral.

 

Otro estudio, en 2024, mostró que el pico de estrés para los millennials llega mucho antes que en generaciones anteriores: a los 25 años en promedio, mientras que en otras generaciones ocurre alrededor de los 42 años.

 

La combinación de factores económicos, laborales y sociales ha creado una tormenta perfecta para el burnout en esta generación. A diferencia de generaciones anteriores, los millennials crecieron con la creencia de que el esfuerzo constante y el trabajo duro garantizarían el éxito. Sin embargo, la realidad es muy distinta: enfrentan deudas estudiantiles abrumadoras, costos de vivienda exorbitantes y empleos que demandan estar “siempre conectados” y disponibles 24/7.

 

Además, muchos millennials deben equilibrar no solo sus carreras, sino también las responsabilidades familiares, como la crianza intensiva de hijos y el cuidado de padres ancianos, lo que incrementa la carga emocional y física diaria. Este constante mecanismo entre trabajo y vida personal deja poco espacio para el descanso y la recuperación.

 

Asimismo, y a nivel laboral, la cultura del “hustle” o trabajo sin descanso glorifica el sobreesfuerzo y penaliza el descanso, creando ambientes tóxicos donde la salud mental queda relegada. A pesar de la existencia de programas de bienestar, muchos jóvenes profesionales sienten que las expectativas laborales son inalcanzables y que su valor se mide solo por su productividad.

 

Comparados con baby boomers y Generación X, los millennials enfrentan un mercado laboral más competitivo y precario, con menos estabilidad y mayores exigencias de multitarea y disponibilidad constante. Además, la presión por la autooptimización y la hiperconectividad digital son características distintivas que intensifican su estrés.

 

Consecuencias mentales, físicas y sociales

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció en 2019 al burnout como un síndrome clínico relacionado con el trabajo. Sus síntomas: agotamiento emocional, cinismo hacia las tareas y baja realización personal. Para los millennials, este síndrome se ha convertido en una constante.

 

Las consecuencias no se quedan solo en el mal humor o la fatiga. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE 2021) del INEGI, 3 de cada 10 jóvenes entre 25 y 39 años dijeron sentirse “tristes, decaídos o desesperanzados” durante las últimas dos semanas.

 

Además, estudios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) afirman que las consultas por ansiedad y trastornos del sueño en menores de 40 años se han duplicado en los últimos cinco años.

 

 

¿Cómo pueden los millennials enfrentar y superar el burnout?

 

Para combatir este fenómeno, es fundamental implementar estrategias tanto a nivel personal como organizacional:

 

  • Fomentar el equilibrio entre vida laboral y personal: las empresas deben ofrecer horarios flexibles y promover una cultura que respete los límites personales, evitando la expectativa de estar “siempre conectados”. Desde el Congreso mexicano, ya se discuten iniciativas para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas, con el objetivo de mejorar la calidad de vida. En países como Francia, esto ya es una realidad.
  • Reconocer los signos de burnout: identificar síntomas como fatiga constante, irritabilidad y dificultad para llevar a cabo tareas cotidianas es el primer paso para tomar acción antes de llegar a un punto de no retorno.
  • Establecer límites: desconectar los correos laborales fuera de horario, evitar el multitasking y dar prioridad al descanso son algunas medidas urgentes.
  • Promover la salud mental: a través de sicoterapia, meditación, actividades físicas y sociales que ayudan a reducir el estrés crónico. Buscar apoyo en grupos, amigos, colegas y familiares puede hacer la diferencia. La resiliencia compartida fortalece.
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