En México se vota, pero no se elige

En México se vota, pero no se elige

A una semana de la farsa electoral, un partido político de Cuarta ha desplegado, sin rubor alguno, su maquinaria de “convencimiento”. Y es que como por arte de magia diversos políticos oficialistas, como si hubieran recibido una instrucción precisa, se han dado a la tarea de promover la asistencia a la elección judicial y votar por “el candidato de tu elección” (¡no se ría!).

 

Ahora resulta que salieron más bonitos que cab@#nes. Pero no nos engañemos, no es un llamado cívico a ejercer el voto, es más bien una orden disfrazada. La ley es clara y precisa: en esta farsa electoral, ¡perdón!, elección judicial, los partidos políticos y sus figuras públicas están impedidos de meter las manos. ¡Ah!, pero Morena no solo las mete, sino que las hunde bien hundidas.

 

Lo que se supone que debería ser un ejercicio de libertad, lo han convertido en una verdadera mascarada orquestada desde las cúpulas del poder. Sabemos que está maniobra no es nueva, pero sí alarmante, preocupante y castrante por lo que está en juego.

 

Aunque, a estas alturas, ya nada sorprende. Incluso, hace unos días un pajarito chismoso -que ya se convirtió en parvada- me dijo que Morena ha comenzado a repartir “instrucciones” entre sus clientes, para votar por determinados candidatos. ¡Sí, así como lo lee!

 

No diga que no se lo dijimos, pero la elección judicial nació fracasada y ahora buscan, sin éxito, mostrar que fue un acierto. ¿Y cómo lo hacen? ¡Con un acordeón, como lo hacían los burritos en la escuela!

 

Hace unos días, un especialista en el tema me comentaba: “esto no es una elección, es un montaje”. Y es cierto, no hay nada nuevo detrás de este mensaje, pero lo que Morena quiere son cómplices, no quiere electores. El voto, un acto sagrado de la democracia, se reduce en esta elección judicial a un mero trámite burocrático en el que el ciudadano no elige, sólo obedece.

 

La democracia en México está enterrada varios metros bajo tierra, desde la concepción de la reforma judicial. Hoy no es más que un chiste y Morena el que cuenta el chiste; muy malo, por cierto. Por un momento, los mexicanos creyeron que Morena iba a ser realmente la esperanza de México. (¡no llore! ¡Ah, esas lágrimas son de risa!)

 

¿Y el INE? ¡Shhhh! No lo vaya a despertar, está durmiendo el sueño de los cómplices, mientras su "jefe", perdón (lo dije o lo pensé), mientras el régimen de Cuarta… Transformación hace y deshace lo que quiere en este proceso, que no es más que una farsa en la que el pueblo -lastimosamente- es un mero espectador.

 

El papel del INE es de risa y de pena ajena. Millones de pesos entraron a sus arcas, para convertirse, no en un árbitro neutral, sino en un actor secundario, que también cuenta chistes malos.

 

El silencio de las autoridades electorales ante estas prácticas es ensordecedor, pero lo repito, a estas alturas ya nada sorprende. Lo que queda claro, es lo que todo mexicano pensante piensa: en México se vota, pero no se elige.