
A raíz de la intensificación del conflicto entre Irán e Israel, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebró este viernes una sesión de emergencia en Nueva York. La reunión fue convocada a solicitud del gobierno iraní, tras los ataques israelíes a instalaciones estratégicas en su territorio.
Durante su intervención, el embajador iraní ante la ONU, Amir-Saeid Iravani, informó que los bombardeos israelíes causaron al menos 78 muertes y más de 320 heridos. "Estos asesinatos deliberados y sistemáticos no sólo fueron ilegales sino inhumanos. Una muestra escalofriante de agresión calculada", expresó. También calificó los ataques como "un claro acto de terrorismo de Estado y una flagrante violación del Derecho Internacional".
Iravani acusó a Estados Unidos de complicidad en la ofensiva, al afirmar: "La complicidad de Estados Unidos en este ataque terrorista está fuera de toda duda. Los funcionarios de Estados Unidos confesaron expresamente y en el momento actual su ayuda y asistencia voluntarias en este ataque". Además, advirtió que "el silencio es complicidad" e instó al Consejo de Seguridad a actuar con determinación para frenar la impunidad.
El servicio de ambulancias israelí Magen David Adom confirmó en el mismo foro, que 34 personas resultaron heridas por misiles iraníes en la zona de Gush Dan, al norte de Tel Aviv. La información difundida en redes sociales precisó: "34 personas han resultado heridas en un ataque con cohetes en la zona de Gush Dan (norte de Tel Aviv) entre ellos: una mujer gravemente herida, un hombre gravemente herido, dos moderadamente heridos y 30 levemente heridos".
Rosemary DiCarlo, secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Políticos, advirtió sobre los efectos del conflicto en la región. "El impacto de los ataques ya se ha sentido en toda la región: los países vecinos han cerrado su espacio aéreo y han puesto a sus fuerzas de seguridad en alerta máxima", informó. Subrayó además "la obligación de los Estados miembros de no utilizar la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de ningún Estado".
El director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA),Rafael Grossi, intervino por videoconferencia desde Viena y confirmó que la planta de Natanz sufrió daños. Aunque no se detectó radiación externa, señaló: "Existe contaminación radiológica y química dentro de las instalaciones de Natanz". Grossi insistió en que "las instalaciones nucleares nunca debe ser atacadas sin importar las circunstancias".
Rusia calificó los ataques israelíes como "una aventura sumamente peligrosa e irresponsable" y sostuvo que su responsabilidad recae "enteramente sobre el liderazgo israelí y sus aliados". Vasily Nebenzya, embajador ruso, añadió que "tenemos un escenario más negativo e impredecible".
Por parte de Estados Unidos, McCoy Pitt, alto funcionario del Departamento de Estado, negó la participación directa de su país en los ataques. No obstante, señaló: "No se puede permitir que este peligroso régimen tenga armas nucleares", en referencia a Irán. Justificó la operación israelí citando ataques "no provocados" por parte de Irán, y reafirmó la prioridad de proteger ciudadanos y bases estadounidenses en la región.
Desde Israel, el representante Danny Danon defendió los ataques como una acción preventiva. "Fue un acto de preservación nacional: lo emprendimos solos, no porque quisiéramos, sino porque no nos quedaba otra opción", declaró. Añadió que la ofensiva tuvo por objetivo "neutralizar la capacidad del régimen de cumplir su reiterada promesa pública de destruir el Estado de Israel". (Notipress)