En un contexto global marcado por la cautela y la volatilidad, el peso mexicano sorprendió al iniciar la jornada del 18 de junio de 2025 con una firme apreciación frente al dólar estadounidense. La divisa nacional se cotizó entre 18.95 y 19.02 pesos por dólar, marcando una recuperación significativa tras la caída del 0.55% registrada el martes previo, de acuerdo con el análisis de Antonio Di Giacomo, Analista de Mercados Financieros para LATAM en XS.com.
Este fortalecimiento se da en un escenario inusual: mientras las tensiones geopolíticas entre Israel e Irán comienzan a ceder y el dólar pierde terreno a nivel global, el peso logra destacar entre las monedas emergentes más beneficiadas. Según Di Giacomo, "la mejora en el sentimiento de los inversionistas permitió un respiro a las monedas emergentes, y el peso mexicano se colocó entre las más favorecidas".
La expectativa en torno a la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos también ha sido un elemento clave. Los mercados anticipan que la Fed mantendrá su tasa de interés sin cambios por cuarta ocasión consecutiva, lo que ha favorecido a monedas como el peso. "Los inversionistas analizan cada palabra del presidente de la Fed, Jerome Powell, y las proyecciones económicas actualizadas", indica Di Giacomo, subrayando la atención que genera cualquier señal sobre próximos ajustes monetarios.
Desde un enfoque técnico, el peso se mueve dentro de un canal definido entre los 18.95 y 19.05 pesos por dólar. Di Giacomo advierte que "mientras no se rompan con claridad", el mercado podría mantener un movimiento lateral, sin tendencia clara a corto plazo.
Otro factor que ha incidido en la debilidad del dólar es la caída de su índice DXY, que descendió a la zona de 98.50, reflejando un menor apetito por activos refugio. Esto, sumado a una baja en los precios del petróleo, ha ayudado a reducir el nerviosismo en los mercados energéticos.
Pese al avance, el entorno sigue siendo incierto. El especialista advierte que "la incertidumbre geopolítica aún persiste", y que los datos económicos de Estados Unidos en materia de empleo, inflación y consumo serán determinantes en el comportamiento futuro del peso. Un enfriamiento sostenido en estos indicadores reforzaría la expectativa de estabilidad en la política monetaria estadounidense, mientras que cualquier sorpresa al alza podría revertir la tendencia. (NotiPress)
