
Estados Unidos reactivó un arancel de 17.09 % sobre el jitomate mexicano, tras el vencimiento del acuerdo de suspensión firmado en 2019 que pausaba una investigación antidumping. Al no alcanzarse una renegociación, la medida entró en vigor de forma automática, según confirmó el Departamento de Comercio estadounidense.
Desde 1996, Washington ha iniciado investigaciones por dumping contra el jitomate mexicano, una práctica en la que se venden productos por debajo de su costo para ganar mercado. El acuerdo vigente hasta este lunes permitía suspender los aranceles si México cumplía ciertas condiciones. Al expirar sin renovación, las sanciones volvieron a aplicarse, afectando una cadena comercial abasteciendo aproximadamente 70 % del jitomate consumido en Estados Unidos.
La economista Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero Base, señaló el impacto principal será en el precio al consumidor. "Frutas y verduras tienen una baja elasticidad precio", explicó, lo que significa que aunque suban, el consumo se mantiene. Según su estimación, si solo la mitad del arancel se traslada al consumidor, el precio podría aumentar en torno a 7 %.
Aunque Siller indicó que esto no representaría un efecto relevante en la inflación estadounidense, sí podría afectar a la industria alimentaria y a los exportadores mexicanos, especialmente en productos derivados como la salsa cátsup. Estos cambios impactan directamente al consumidor final y a los ingresos del sector exportador.
En México, los productores de estados clave como Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí y Baja California enfrentan dificultades para mantener su volumen de ventas en el mercado estadounidense. La imposición del arancel podría traducirse en menor demanda y una sobreoferta interna, presionando los precios a la baja y reduciendo la rentabilidad agrícola.
Tal impacto dependerá de cómo respondan exportadores y distribuidores ante el nuevo escenario. Aunque algunos podrían buscar otros mercados, la dependencia comercial hacia EU complica una reorientación inmediata, generando incertidumbre en la planificación productiva.
Dicha medida también plantea retos logísticos para la industria mexicana, que deberá adaptarse a nuevas condiciones de precio y competitividad frente a otros países proveedores. Por su parte, el consumidor estadounidense podría enfrentar aumentos en diversos productos que usan jitomate como base, sin alternativas inmediatas a gran escala.
En resumen, la reactivación del arancel marca un retroceso en las relaciones comerciales agrícolas entre México y Estados Unidos. Esta decisión no solo encarece el producto en EU, sino que también compromete la posición competitiva de los productores mexicanos ante un entorno comercial más restrictivo. (NotiPress)