¿Drogas o medicina? El debate sobre el uso terapéutico de las sustancias sicodélicas

¿Drogas o medicina? El debate sobre el uso terapéutico de las sustancias sicodélicas

Foto: FreePik

El secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., ha expresado un fuerte interés en promover la aprobación de terapias con sustancias sicodélicas, como el MDMA y la psilocibina, para tratar condiciones de salud mental difíciles como el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y la depresión.

 

En México, el estatus legal del MDMA y la psilocibina es complejo y está regulado por la Ley General de Salud y el Código Penal Federal.

 

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La psilocibina, presente en los hongos alucinógenos, está clasificada como una sustancia prohibida de la Lista I en México, lo que implica que no tiene un uso médico reconocido oficialmente y se considera de alto riesgo para la salud pública.

 

Su posesión, producción, venta o distribución fuera de contextos específicos es ilegal y puede acarrear multas severas o penas de prisión de 4 a 7 años. Bajo el Artículo 195 bis del Código Penal Federal, el uso de psilocibina está permitido en prácticas espirituales o ceremoniales tradicionales de comunidades indígenas. Esto ha dado lugar a la proliferación de centros de retiros psicodélicos que operan legalmente bajo esta excepción, especialmente en el marco del turismo psicodélico.

 

El MDMA (éxtasis o "molly") también está clasificado como una sustancia prohibida de la Lista I en México, lo que significa que su posesión, producción, venta o distribución es ilegal. La posesión de más de 50 miligramos puede resultar en penas de hasta 7 años de prisión.

 

No existen excepciones legales para su uso en contextos tradicionales o espirituales, como ocurre con la psilocibina, pero, aunque no está aprobado para uso médico, hay investigaciones en curso sobre los beneficios terapéuticos del MDMA, especialmente para el TEPT, puesto que algunos expertos, han mencionado el potencial de incluir el MDMA en futuras reformas legales para uso terapéutico.

 

¿Están respaldadas científicamente?

 

Tanto la psilocibina como el MDMA tienen evidencia sólida y creciente de su eficacia en entornos terapéuticos controlados, especialmente para TEPT, depresión y adicciones.

 

La psilocibina, el compuesto activo en los hongos alucinógenos, ha sido estudiada en ensayos clínicos controlados, principalmente en Estados Unidos, Europa y Australia. Instituciones como Johns Hopkins University, Imperial College London y la Asociación Multidisciplinaria para Estudios Psicodélicos (MAPS) han publicado investigaciones que muestran resultados prometedores.

 

Estudios de fase II han demostrado que la psilocibina, administrada en entornos clínicos con terapia asistida, puede ser eficaz para tratar depresión resistente al tratamiento, TEPT, ansiedad relacionada con enfermedades terminales y adicciones, como al tabaco o al alcohol.

 

En tanto, em MDMA ha sido investigado extensivamente por organizaciones como MAPS para el tratamiento del TEPT. Ensayos clínicos de fase III, completados en 2023, mostraron que la terapia asistida con esta sustancia logró una tasa de respuesta de 67 % en pacientes con TEPT severo, con mejoras significativas en comparación con el placebo.

 

Diversos estudios arrojan que el MDMA utilizado en TEPT, presenta resultados que muestran mejoras en síntomas como flashbacks, ansiedad y evitación. De igual forma, algunos ensayos exploran su potencial para tratar depresión severa, trastornos de ansiedad social, especialmente en personas con autismo, y terapia de pareja, para mejorar la comunicación y resolver conflictos en relaciones afectadas por traumas.

 

Ambas sustancias deben usarse en entornos clínicos con supervisión profesional debido a riesgos como efectos sicológicos intensos o problemas cardiovasculares. Su uso recreativo no está respaldado por la ciencia y puede ser peligroso.

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