México gana otra batalla de aranceles, ¿cuándo terminará esta guerra?

México gana otra batalla de aranceles, ¿cuándo terminará esta guerra?

El día de ayer la Casa Blanca (oficina presidencial de Estados Unidos) publicó las listas de aranceles que estará vigente a partir de hoy 1º de agosto y será efectiva de cobro a partir del día siete. Como adelantó por la mañana nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, México no aparece en la lista, nuevamente estamos exentos, ganamos otra batalla; pero ¿qué ganamos realmente, por qué y hasta cuándo seguirán las presiones que ya representan una guerra comercial?

 

Muy a pesar de que los colegas economistas de derecha se relamían los bigotes porque auguraban (erróneamente por enésima vez) un desastre por la entrada en vigor de los aranceles; Claudia volvió a demostrar sus cualidades de liderazgo y logró posponer por 90 días el cobro, por lo que nuestro país sigue gozando de los beneficios del Tratado de Libre Comercio (T-MEC). En ese sentido debemos destacar dos puntos importantes: la capacidad de nuestra presidenta y los beneficios que obtenemos.

 

La perspectiva misógina de la oposición le impide reconocer el papel que ha jugado Claudia en las negociaciones, por ejemplo, argumentan que Donald Trump no nos cobra aranceles porque sigue vigente el T-MEC, sin embargo, Canadá también está en ese tratado y a ellos les duplicó los aranceles. Se menciona que a Canadá la sancionan por reconocer a Palestina como país, pero México también reconoce a Palestina, de hecho, fue de los primeros países en hacerlo. Además, ¿si estaban tan seguros de que Trump nos volvería a exentar, por qué publicaron escenarios catastróficos para el 1º de agosto? El resultado es un mérito de nuestra presidenta.

 

Por otro lado, la oposición argumenta que Claudia ha cedido “demasiado” para que Trump nos siga exentando. Es también falso. Se les olvida que los entreguistas fueron ellos; con Claudia se ha dicho con firmeza: ¡La soberanía se respeta! Si bien, se han afectado ciertos productos sobre todo agrícolas como el jitomate, el 85% de los bienes incluidos en el T-MEC siguen exentos y representan más de un 90% del comercio con nuestro vecino, por lo que sigue siendo ventajoso para nuestro país.

 

La nueva lista tarifaria impone aranceles del 40% para países como Siria, Laos o Myanmar; los de tarifa más baja son Brasil y Reino Unidos con el 10%, las Islas Malvinas (que Trump no reconoce y les llama Falkland) también pagarán el 10%. Entonces, ¿por qué Trump sigue exentándonos de los aranceles? Primero y fundamentalmente, ya lo dijimos: la capacidad negociadora de Sheinbaum. Segundo y por lo que considero que no habrá cobros arancelarios ni ahora ni en un futuro, el nivel de interrelación económica que algunos colegas economistas están soslayando. Se trata de la compleja urdimbre que se tejió durante el neoliberalismo para configurar la división internacional del trabajo en la que México se volvió un país de mano de obra barata y poco cualificada por lo que realiza las tareas de maquila.

 

Elaborado con datos de The White House (2025)

 

La maquila es la actividad manufacturera de ensamble o de armado, son las tareas más intensivas en trabajo, las más rutinarias, las más pesadas y de baja cualificación pero que dan un gran valor-trabajo a las mercancías. Estados Unidos nos manda partes y componentes, nosotros en México los ensamblamos y les devolvemos los productos listos para la venta. México maquila a Estados Unidos principalmente automóviles, textiles (mezclilla) y electrónica. El volumen de la maquila de México representa el 2% del PIB total y más del 10% del PIB manufacturero de Estados Unidos. Las empresas estadounidenses se benefician de la maquila porque hacerlo en México les reduce más del 50% de los costos en comparación si lo hicieron todo en Estados Unidos. Al final esa rentabilidad o plusvalía extraordinaria beneficia únicamente a empresas estadounidenses. Las grandes empresas automotrices, como Ford o General Motors, no le permitirán a Trump gravar aranceles.

 

No es fácil para estas empresas trasladar sus operaciones a Estados Unidos, aunque Trump les incentive fiscalmente. En primer lugar, no hay personal suficiente del otro lado para cubrir la demanda de trabajo; en segundo lugar, estas empresas ya tienen desarrollado un sistema de cadena de suministro bastante eficiente, como los clústeres de proveedores de Puebla o Tijuana, eso tardó años en desarrollarse; por último, el diferencial salarial borraría la competitividad de las empresas que tendrían que ceder mercado a productos más económicos como los chinos.

 

Así que, como lo hemos venido diciendo: ¡Calma! Trump seguirá amagando, es un buen discurso que le está funcionando con un electorado cada vez más incrédulo, es una narrativa efectiva de que los aranceles y el proteccionismo harán a “Estados Unidos grande otra vez”, por lo que seguro lo seguirá repitiendo hasta octubre. Pero ese mismo pragmatismo le llevará a Trump a mesurarse con México y si tenemos a una Comandanta que lo ponga a raya, mejor.

 

*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras

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