
El huracán Erin sorprendió a la comunidad meteorológica internacional al alcanzar la categoría 5 en menos de 24 horas, posicionándose entre los cinco ciclones atlánticos que más rápido se intensificaron en la historia. Y aunque se debilitó a categoría 2 el lunes 18 de agosto por la noche, mantiene en alerta a meteorólogos y autoridades por su trayectoria entre Bahamas, Bermuda y la costa este de Estados Unidos.
La rápida intensificación de Erin, con un aumento de aproximadamente 120 kilómetros por hora en un solo día, puso el foco de atención en las condiciones oceánicas que favorecen este tipo de fenómenos. Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), el ciclón cruzó "aguas excepcionalmente cálidas" cerca de Bahamas, provocando lluvias intensas en zonas como Hispaniola, Turcas y Caicos, así como varias áreas de Bahamas.
Según los expertos, el fenómeno de rápida intensificación ocurre cuando los vientos sostenidos de una tormenta aumentan al menos 56 kilómetros por hora en 24 horas. Erin duplicó ese umbral, lo que causó preocupación entre investigadores. Por su parte, Climate Central, organización dedicada al estudio del clima, señaló que las aguas por las que transitó el huracán estaban hasta 100 veces más cálidas de lo habitual debido al cambio climático provocado por el ser humano.
Wild video shows tidal surge swallowing homes as Hurricane Erin slams Outer Banks pic.twitter.com/GpUXfUa3lA
— New York Post (@nypost) August 20, 2025
Las temperaturas oceánicas en la ruta de Erin eran de aproximadamente 29°C, un nivel que no solo favorece el desarrollo de sistemas tropicales, sino que también incrementa la humedad atmosférica, potenciando la intensidad de las tormentas y su capacidad de generar precipitaciones. Este patrón fue observado en otros huracanes recientes como Dorian de 2019, Ian de 2022 y Milton de 2024, todos caracterizados por incrementos súbitos en su fuerza.
Asimismo, un estudio publicado en 2023 en la revista Scientific Reports reveló que los ciclones tropicales en el Atlántico fueron 29 % más propensos a intensificarse rápidamente entre 2001 y 2020, en comparación con el periodo de 1971 a 1990. Esta tendencia está vinculada al calentamiento global y representa un problema creciente para la predicción meteorológica y la seguridad de las comunidades costeras.
Hurricane Erin looking absolutely wild on satellite right now. Cat 2 beast churning just off the East Coast. NC Outer Banks about to get the worst of it tonight with serious storm surge and winds. pic.twitter.com/cqF6aVCuwQ
— Ryan Hall, Y’all (@ryanhallyall) August 20, 2025
A pesar de los avances científicos, prever cuándo y dónde ocurrirá una intensificación extrema sigue siendo complejo. El NHC reconoció que, aunque se conocen factores como la temperatura del mar y la humedad del aire, proyectar con precisión estos eventos sigue siendo una incógnita. En el caso de Erin, se espera que permanezca sobre aguas cálidas del Atlántico occidental, lo que podría reactivar su fuerza.
Aunque no se prevé un impacto directo sobre tierra, Erin ya genera oleaje peligroso, corrientes marinas y marejadas en Bahamas, Bermuda, la costa este de Estados Unidos y el litoral atlántico de Canadá. Por esta razón, los expertos advierten que este tipo de huracanes deben ser monitoreados constantemente y plantean nuevos problemas para la protección de zonas costeras vulnerables.