Así opera el millonario negocio detrás del robo de metales

Así opera el millonario negocio detrás del robo de metales

Foto: Freepik

Un alarmante aumento en el robo de metales como acero, aluminio y cobre se registró durante el segundo trimestre de 2025, según el reciente informe de la empresa de gestión de riesgo logístico Overhaul, titulado "México: Reporte Q2-2025 de robo de transporte de carga".

 

Este repunte representa una creciente amenaza para la industria y la cadena de suministro del país. El informe detalla que, aunque el robo de carga en general ha sido un problema persistente, los metales han emergido como uno de los objetivos principales de la delincuencia organizada.

 

Este tipo de robo no solo afecta a las empresas de construcción y manufactureras, sino que también tiene un impacto significativo en la infraestructura pública, como vías férreas, postes de luz y cables de telecomunicaciones, lo que provoca daños millonarios y un gran riesgo para la seguridad de la población.

 

La pregunta que surge ante este fenómeno es: ¿quién adquiere esta mercancía robada, que es tan pesada, voluminosa y difícil de manejar? La respuesta es compleja, pero apunta a una cadena de distribución ilícita bien organizada que explota el lucrativo mercado del reciclaje y la fundición.

 

Los metales robados no se venden directamente al público. En cambio, son comprados por una red de chatarrerías clandestinas y fundidoras ilegales.

 

Estas operaciones ilícitas sirven como intermediarios en el mercado negro, donde el metal es procesado y transformado para eliminar cualquier rastro de su origen. El proceso generalmente sigue estos pasos, según fuentes de seguridad consultadas por Imagen Poblana:

 

  • El acopio. Los camiones robados, con su carga de metales, son llevados a bodegas o patios ocultos.
  • El fraccionamiento. El material es cortado o desarmado en piezas más pequeñas, lo que facilita su manejo y oculta su procedencia.
  • La fundición. El metal es fundido para crear lingotes o nuevas piezas, lo que borra por completo su identidad original y lo hace imposible de rastrear. Esto es especialmente común con el cobre y el aluminio, ya que pueden ser refundidos y vendidos como materia prima.
  • La reventa. Los nuevos productos, ya sea como materia prima o como piezas prefabricadas, se venden a industrias legítimas que buscan insumos a precios más bajos, sin preguntar por la procedencia del material.

 

La sofisticación de estas redes criminales demuestra que el robo de metales no es un acto oportunista, sino una actividad delictiva bien estructurada y coordinada.

 

Para combatir esta problemática, según los mismos especialistas, se requiere una mayor colaboración entre las autoridades, la industria del transporte y las empresas de gestión de riesgos, así como una regulación más estricta sobre el mercado de chatarrerías y fundidoras.

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