
El número de fallecidos por cáncer relacionado con la exposición a los escombros del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York superó a las víctimas directas del atentado. Datos del World Trade Center Health Program señalan que, hasta el 27 de marzo de este año, murieron 8,215 inscritos, de los cuales 3,767 padecían cáncer, superando las 2,977 muertes registradas el día de los ataques.
Durante los últimos cinco años, los diagnósticos de cáncer vinculados al 11-S aumentaron 143%, alcanzando los 48,579 casos. Según los registros, los tipos más comunes son cáncer de piel, próstata y mama, seguidos por melanoma, linfoma, leucemia y tumores en tiroides, riñón, pulmón y vejiga. La exposición a contaminantes en la Zona Cero y en el vertedero Fresh Kills en Staten Island está identificada como la principal causa.
Steven Markowitz, especialista en medicina ocupacional del Queens College, declaró: "Sabemos que la población está envejeciendo, así que podemos predecir que el número de cánceres va a seguir subiendo". Un portavoz de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) agregó: "Seguiremos viendo aumento de casos de cáncer y otras enfermedades graves con periodos de latencia más extensos".
Diversos testimonios de los primeros respondedores reflejan las secuelas a consecuencia de la exposición. El exoficial del NYPD John DeVito recordó que trabajó en los escombros "sin máscaras" y que en 2020 fue diagnosticado con cáncer de esófago. "Íbamos con rastrillos por los restos que lanzaba una excavadora", expresó. El exoficial Glenn Taraquinio relató: "De vez en cuando veías una mano o alguna parte de un cuerpo en el balde y llevábamos esos restos al forense con todo el respeto posible".
Taraquinio, diagnosticado con cáncer de próstata en 2020, calificó las cifras actuales de "demenciales". También recordó cómo las autoridades aseguraban que el aire era seguro, pese a que "las mascarillas se ponían negras en una hora". En un testimonio similar, el exjefe del Departamento de Correcciones, Phil Rizzo, dijo: "Caía tanta ceniza que parecía que estaba nevando". Rizzo recibió un diagnóstico de cáncer de cabeza y cuello en el año 2023.
La técnica de emergencias médicas Ivonne Sánchez trabajó casi diez meses en la Zona Cero y fue diagnosticada con cáncer de mama en 2013. "Tenía el presentimiento de que era algo más grave", explicó tras exigir una mastectomía doble, y por eso junto con otros afectados, continúa pidiendo garantías de atención.
Sánchez y Taraquinio viajaron recientemente a Washington DC para solicitar la extensión de la cobertura médica. "Desgraciadamente, se trata de otra lucha por financiamiento, es extenuante", expresó Taraquinio. Los afectados insisten en que la asistencia sanitaria debe mantenerse ante el incremento constante de casos.
A 24 años del atentado, las cifras y testimonios muestran que las consecuencias en la salud de quienes respondieron a la emergencia no dejaron de crecer. El número de fallecimientos vinculados al 11-S continúa en ascenso, superando ya a las víctimas mortales directas del atentado. (NotiPress)