El concepto de vinculación a proceso es una figura fundamental dentro del actual Sistema de Justicia Penal Acusatorio en México. Para comprender su naturaleza, es importante deslindarlo de la idea de culpabilidad o de una condena definitiva.
¿Qué implica la vinculación a proceso?
La vinculación a proceso es una resolución judicial que emite un Juez de Control en la etapa inicial del proceso penal. Esta resolución significa que se ha presentado una denuncia o querella por un hecho que la ley señala como delito.
También, que hay la probabilidad de que el imputado haya cometido ese hecho o participado en su comisión, basándose en los datos de prueba iniciales presentados por el Ministerio Público (MP).
Y que no existe una causa de extinción de la acción penal o alguna circunstancia que legalmente impida el desarrollo del proceso.
En esencia, la vinculación a proceso formaliza el inicio de la investigación judicial, permitiendo al Ministerio Público continuar con la recolección de pruebas durante un plazo determinado que fija el juez.
No implica que la persona sea culpable; la culpabilidad solo se establece mediante una sentencia firme dictada al finalizar un juicio. El imputado sigue gozando de la presunción de inocencia durante todo el proceso.
La vinculación a proceso y la situación de detención
La vinculación a proceso no determina de manera automática que una persona deba estar privada de su libertad (en la cárcel).
La situación de la persona durante el proceso depende de las medidas cautelares que el Juez de Control imponga, de acuerdo con la ley y según el riesgo que el imputado represente para la víctima, la sociedad o el desarrollo del procedimiento.
Existen diversas medidas cautelares además de la prisión, como la presentación periódica ante el juez, la prohibición de salir del país, la colocación de localizadores electrónicos, la fianza, entre otros.
Otra duda frecuente es sobre la relación que hay entre la vinculación a proceso y la prisión preventiva.
Abogados que fueron consultados por Imagen Poblana señalan que existe una relación directa entre la vinculación a proceso y la prisión preventiva, ya que la primera es un requisito indispensable para que se pueda dictar la segunda.
La prisión preventiva es la medida cautelar más severa y consiste en la privación temporal de la libertad del imputado mientras dura el proceso. Se puede imponer en dos modalidades:
La prisión preventiva oficiosa que se aplica de manera automática en ciertos delitos graves establecidos en la Constitución y la ley.
Y la prisión preventiva justificada, que es la que se aplica cuando el Ministerio Público demuestra ante el juez que otras medidas cautelares no son suficientes para garantizar la presencia del imputado, la seguridad de la víctima o de la comunidad, o evitar la obstaculización de la investigación.
En resumen, el Juez de Control debe emitir primero la resolución de vinculación a proceso (establecer el inicio formal de la investigación judicial) y posteriormente podrá dictar una medida cautelar, entre las que se incluye, de ser procedente, la prisión preventiva.