
La Avenida Juárez, una arteria histórica que recorre el corazón de Puebla, ha sido por décadas un símbolo de la identidad poblana, con un flujo constante de peatones y vehículos que la convierten en un pulmón comercial y cultural. Sin embargo, en los últimos años, se ha transformado en un dolor de cabeza vial, con desperfectos que no solo afectan la movilidad, sino que cuestionan la calidad de las obras públicas.
Ahora, el Ayuntamiento de Puebla planea llevar a cabo una nueva intervención en esta avenida debido a daños en el adoquín, a pesar de que la remodelación anterior, que incluyó una inversión de más de 95 millones de pesos, fue inaugurada hace menos de un año.
Pero, en los últimos ocho años, la Avenida Juárez ha tenido cuatro intervenciones de mejoramiento. En 2017, se ejecutó una rehabilitación de adoquín y drenaje en tramos, con un costo aproximado de 20 millones de pesos.
Para 2020, durante la administración de Claudia Rivera Vivanco, se llevaron a cabo reparaciones parciales en la rotonda de la Fuente de la Independencia y cruces aledaños, con una inversión de 15 millones de pesos, en un intento por mitigar los daños ocasionados por las lluvias.
En 2022, ya bajo el gobierno municipal de Eduardo Rivera Pérez, se ejecutó otro mantenimiento mayor, por 25 millones de pesos, que abordó baches y colapsos pluviales; sin embargo, los problemas resurgieron en 2023.
La intervención más significativa ocurrió en 2024, también durante la gestión de Adán Domínguez, con una inversión de 95 millones de pesos, ejecutada por Multiservicios IC y otra empresa. Esta incluyó trabajos de adoquinado, banquetas y drenaje en el tramo de Teziutlán Sur a 13 Sur. No obstante, las lluvias de este año expusieron fallas estructurales, con adoquín desprendido y colapsos en la rotonda.
Desafortunadamente, la Avenida Juárez, ha experimentado una evolución compleja en las últimas décadas, pasando de ser un emblema de la elegancia y el dinamismo comercial a un reflejo de los desafíos urbanos modernos, marcados por deterioro, intervenciones fallidas y una lucha constante por recuperar su esplendor.
Lo que alguna vez fue un corredor vibrante, con casonas coloniales y monumentos icónicos, hoy enfrenta el descontento ciudadano y la urgencia de una rehabilitación.
Inaugurada en el siglo XIX en honor a Benito Juárez, la avenida fue clave en la modernización de Puebla durante el Porfiriato, conectando el Centro Histórico con zonas en expansión. En el siglo XX, se consolidó como un eje comercial y social, albergando tiendas de prestigio, cafés y sitios emblemáticos como la Fuente de los Frailes y la Rotonda de la Independencia. Hasta los años 2000, era un lugar de encuentro para poblanos y visitantes, con su adoquín histórico y ambiente cosmopolita.
Con el tiempo, el crecimiento poblacional y el tráfico intenso, desgastaron la infraestructura. Hoy, la Juárez es un símbolo de frustración urbana.