La COP30 celebrada en Belém, Brasil, México presentó su Tercera Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC 3.0), comprometiéndose a reducir hasta 50% sus emisiones netas de carbono para 2030. La secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena Ibarra, declaró que el país busca alcanzar un máximo de entre 364 y 404 millones de toneladas de carbono equivalente, como parte de una estrategia para lograr emisiones netas cero hacia mediados de siglo.
En la Cumbre Climática de Líderes, Bárcena afirmó: "Nos comprometemos a alcanzar un máximo de emisiones netas entre 364 y 404 millones de toneladas de carbono equivalente, de manera no condicionada. Esto representa una reducción de más de 50 por ciento con respecto al escenario tendencial". Asimismo, remarcó que América Latina es responsable de apenas 11% de las emisiones globales, pero se encuentra entre las regiones más vulnerables al cambio climático.
No obstante, el historial de compromisos previos ha generado dudas. De acuerdo con reportes recientes, México nunca ha logrado cumplir sus objetivos climáticos anteriores, incluyendo los fijados en su primera NDC presentada en 2015. En ese documento se planteaba, por ejemplo, generar 35% de electricidad con energías limpias para 2024; sin embargo, el porcentaje alcanzado fue solo de 26,5%. En cuanto a la reducción de fugas y quemas de metano, la meta era de 25%, pero únicamente se logró una disminución del 8%.
Actualmente, las emisiones nacionales rondan los 583 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente al año. Según la NDC 3.0, en ausencia de ayuda internacional, la meta es reducirlas a entre 364 y 404 millones para 2035, o entre 332 y 363 millones con cooperación externa.
Observatorio internacional Climate Action Tracker, evalúa las políticas de 39 países y la Unión Europea frente al Acuerdo de París y ha calificado el desempeño de México como "críticamente insuficiente". El informe señala: "La calificación de ‘críticamente insuficiente’ indica que las políticas y compromisos de México llevan a un aumento, más que a una bajada, de las emisiones; si todos los países tuvieran el enfoque de México, el calentamiento global excedería los cuatro grados".
Entre los puntos críticos identificados están los subsidios a combustibles fósiles, el desmantelamiento de instituciones climáticas y la cancelación de subastas para energía renovable. Además, más del 70% del presupuesto federal etiquetado para cambio climático se destina a infraestructura de gas fósil, mientras que de las 35 plantas de generación eléctrica en construcción, la mayoría operan con combustibles fósiles, con una vida útil proyectada más allá de 2050.
Pese a ello, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) sostiene que "la NDC 3.0 incorpora una nueva meta de reducción que pondrá a México en la trayectoria hacia cero emisiones netas para mediados de siglo". La propuesta enfatiza soluciones basadas en la naturaleza, y un enfoque con eje transversal en igualdad de género, derechos humanos y transición justa, contemplando pueblos indígenas, afromexicanos, mujeres y juventudes como prioritarios.
"Cada retraso se traduce en pérdidas y daños irreparables, en vidas humanas, en ecosistemas devastados y en comunidades en riesgo", concluyó Bárcena en su intervención.